Como cualquier sermón paterno promedio, es redundante y se alarga más de lo necesario. Con todo, una historia de venganza sin mucha adrenalina, pero con peso suficiente para dejarse ver.
Los vínculos entre los personajes resultan poco creíbles. El mayor error es intentar aplicar una lógica a un universo que siempre se ha distinguido por su locura casi enfermiza.
La secuela se siente como un producto del olvido, careciendo de momentos de acción impactantes. Su calidad parece más adecuada para un episodio de televisión que para una película con un presupuesto de 70 millones de dólares. Al menos, todavía podemos disfrutar de las 'Misiones Imposibles'.
Con acción y efectos visuales atractivos para los más jóvenes, la trama acaba centrada en una moraleja simple que no compensa la agitación previa, resultando en una falta de conexión emocional.
Gans satura la pantalla con una historia compleja y muchos detalles que no atraerán a los más pequeños. Resulta excesivamente seria y sombría para quienes buscan un cuento de hadas, mientras que para los amantes de la fantasía es demasiado leve.
Se experimenta como una brisa refrescante. Es una excelente noticia para los adolescentes, ya que hay una película de terror diseñada especialmente para ellos, y además se revela que en el más allá existe conexión a wi-fi.
Si el espectador es un adolescente que busca pasar el rato, es probable que acepte más fallos. Sin embargo, considerando que proviene de una de las productoras más destacadas y prometedoras en este género, resulta un gran desacierto.
Las sorpresas escasean, el guión está lleno de mentiras y las actuaciones son decepcionantes, especialmente la de Anne Heche. En general, ofrece muy poco entretenimiento y resulta incluso ofensivo.
Impresionante en ocasiones, especialmente considerando un presupuesto de cinco millones de dólares. Sin embargo, resulta muy repetitiva y carece de sorpresas. Putin, debería mejorar la división de guardianes superpoderosos.
Las actuaciones son excepcionales, especialmente Laura Linney. Los planos estilizados resultan encantadores y el montaje mantiene su intensidad. La película es tanto un deleite visual como una experiencia emocionalmente intensa. Tom Ford, lograste una obra maestra.
Todo se percibe intencionado y meticulosamente planeado, construyendo los instantes de tensión como simples revelaciones que los creadores han reservado exclusivamente para causar sorpresa.
La serie no alcanza el nivel de un "desastre total", aunque deja mucho que desear en su calidad. Los seguidores de Stephen King encontrarán algo que disfrutar, pero los demás se sentirán perdidos y decepcionados.
Los clichés se amontonan de forma desorganizada, haciendo que actores talentosos como Eric Bana se vean atrapados en roles excesivamente simplificados que no logran soportar un guión predecible y carente de sorpresas.
Un relato conmovedor y elocuente que explora su propia historia y una realidad constante para la cineasta. La captura visual es un juego continuo que establece una atmósfera poética, complementando a la perfección el tono que la realizadora desea transmitir.
Todo se siente artificial y subordinado a un guión que utiliza recursos emotivos exagerados. Aunque hay escenas románticas como besos bajo la lluvia, el público no siente una conexión emocional.
Trepidante y muy bien realizada, es importante señalar que el "mundo africano" no es más que una nueva fachada para una historia que hemos estado viendo durante años, con los mismos lugares comunes de siempre, pero con un diseño de producción impresionante.