Captura de manera sensual y asombrosa la materialidad de la vida. Cuando da su mejor versión, se desarrolla con una lentitud voluptuosa, dando la sensación de que las conclusiones son irrelevantes.
La prosa de Louis ha perdido su simplicidad y linealidad. A pesar de que Fontaine presenta el material de una manera visualmente atractiva, su enfoque resulta irrespetuoso para la tranquilidad de la historia que narra.
Algunas escenas reflejan de manera poética y sutil las inquietudes sociopolíticas de la película, mientras que en otras los personajes se comunican de manera pedagógica.
La película se siente como una colección de bosquejos de una única narrativa. Se vuelve considerablemente más cautivadora cuando se sumerge en sus elementos de fantasía onírica.
La película presenta una vez más la idea de que el fracaso en la monogamia en Francia no es considerado una tragedia. Sin embargo, no logra profundizar más allá de este cliché recurrente.
En 2018 resulta complicado diferenciar entre un artista subversivo y uno que sigue las normas políticas. Lamentablemente, 'The Misandrists' presenta a LaBruce en una faceta más alineada con lo políticamente correcto.