Noé no es un cineasta elegante. Quiere traumatizar a su público, hacernos pagar con ansiedad, sudor y nervios crispados por las feas verdades que quiere que nos traguemos.
Pool captura la urgencia enloquecida del primer amor: el sentimiento de una pasión tan feroz que ni siquiera una sociedad desaprobadora puede aplastar.
Link, mejor directora que guionista, deja que su historia se alargue demasiado, pero sitúa los muchos capítulos de su épica con un ojo agudo y un fuerte sentido del ritmo.
Una epopeya que busca de manera honesta abordar temas sobre la opresión de los afrodescendientes y sus opresores afrikaans, pero que, lamentablemente, no logra transmitir su mensaje de forma efectiva.
Es artificial y en general esquemática, pero De Niro y Hoffman son tan buenos actores que nunca se desliza hacia lo sentimental. No es una gran película, y su idea principal comienza a estar anticuada. Pero tiene buen corazón.
No quiero condenar los esfuerzos de Holofcener con elogios débiles, pero la mejor manera de describir 'Walking and Talking' es decir que es agradable y encantadora.
La actriz más destacada es Natalie Portman. Su actuación hace que desees que la película se hubiera centrado en ella en lugar de en ese aburrido grupo de holgazanes.
Jackson la describió como una 'historia criminal sobre el amor, una historia criminal sin villanos'. Su generosa visión la convierte en una experiencia inolvidable.
Salvajemente imaginativa y soberbiamente dibujada, hay una idea interesante en el corazón de 'I Married a Strange Person' que Plympton debería haber desarrollado mejor.
En su emocionante ópera prima, el cineasta brasileño Karim Ainouz no glorifica a dos Santos, sino que examina la fiebre caliente y temeraria de su vida en toda su espinosa complejidad.
Las actuaciones de Belafonte y Richardson, la abundancia de jazz bien tocado y el evocador diseño de producción de Stephen Altman, el hijo del director, son las razones para verla.
Normalmente, las películas sobre la subcultura de los 60 repiten un conjunto de clichés mediáticos, sin aportar nada nuevo. Sin embargo, Harron trata este tema con una curiosidad y compasión notables, mostrando un enfoque casi antropológico.