El uso de alegorías de 'body horror' en el cine suele carecer de originalidad. Sin embargo, Amanda Nell logra renovar este concepto al combinar de manera deliciosa e inteligente diversos símbolos y metáforas.
Una película aparentemente simple que, en realidad, plantea interrogantes interesantes y difíciles con respecto a los límites entre antropomorfismo en pantalla y derechos animales...o la falta de ellos.
Droppová y, sobre todo, Caldová realizan una excelente labor. Sin embargo, la estructura rígida de la película limita la oportunidad de ambas actrices para desarrollar sus personajes de manera completa.
'The Power of the Dog' cuenta con un trabajo estelar de todo su reparto, y cuenta una historia más interesante que la mayoría de las películas protagonizadas por estrellas, pero también se siente como una oportunidad perdida.
A pesar de las destacadas actuaciones de los personajes secundarios, la película cae a menudo en un histrionismo que resulta desalentador, así como en un humor tosco. Un enfoque más directo y menos enfocado en el entretenimiento habría sido suficiente.
Un filme desesperado y sufrido, rodado con una reserva emocional que sugiere ríos de dolor que corren bajo la superficie; es una pena que cuando esas emociones surgen, parezcan demasiado elegantes y simples para sonar ciertas.
Es, con diferencia, la mejor de las muchas películas sobre asesinos a sueldo que se han presentado este año en el Festival de Venecia. Encuentra tanto comedia y consuelo en la identidad y actúa como bálsamo en nuestros tiempos.
No está claro cuánto hay de verdad en esta serie 'inspirada en' la vida de Rocco Siffredi, pero Alessandro Borghi está espectacular como el semental italiano
A través del personaje de France, Dumont realiza una crítica entretenida a los medios, que resulta más atractiva por sus extravagancias formales y estilísticas que por sus argumentos.
Después de establecer su metáfora y persistir en sus horrores adyacentes, simplemente carece de la energía y mordacidad necesarias para sostener el vínculo entre el gore y los horrores reales de las citas.
Pocos directores están mejor preparados para hacer una película interesante y entretenida en medio de una pandemia que Quentin Dupieux. Continúa con su serie de películas rentables pero impactantes.
Esta firme dedicación a los matices y a las zonas grises hace que sea en ocasiones monótona, lo que a su vez dificulta que mantengamos el interés en lo que se desarrolla, pero al final resulta ser lo mejor de la película.
Es una lástima que acabe cayendo en el cliché, transformándose así en una película iniciática bastante convencional, ya que se apoya más en los tópicos de personajes de lo que aparenta al comienzo.
Purev-Ochir mantiene una mano firme pero delicada sobre su película, dejando que los personajes, más que cualquier floritura de dirección, la guíen hacia donde tiene que ir.