Rincón presenta momentos de sincera luminosidad que, no obstante, se ven empañados por un desenlace apresurado, el cual incluye un giro de guion cuestionable.
Un filme extraño y fallido, por más que Ozon vuelva a dar muestras de su talento en secuencias como la de la discoteca o con el salto de eje que introduce el giro dramático.
Nada nuevo en una obra que más que por su reconocible (y gastada) factura visual sorprende por las fugas del guion. No pasará al recuerdo como uno de los grandes hitos de la filmografía de Kawase.
A pesar de tener tres guionistas acreditados, la película muestra un claro desconocimiento de sus objetivos narrativos. Es una obra confusa, vacilante y torpe.
Una película alargada hasta los 150 minutos que, a través de un proceso de desmontaje y reconstrucción, termina cayendo en la repetición. Solo logra transmitir cierto lirismo en sus compases finales, a los que el espectador llega exhausto.
El guion es astuto, sutil y refinado. Lo que inicia como una referencia a los filmes de Eric Rohmer, culmina reflejándose en las películas metalingüísticas de François Ozon, especialmente en 'Swimming Pool', aunque también se puede notar en 'En la casa'.
Lo apasionante de la historia y la convocatoria del hall of fame de la música brasilera no son suficientes para insuflarle vida a lo que no deja de ser un pedestre documental de entrevistas en el que la animación se antoja del todo accesoria.
De una belleza arrebatadora, despliega un preciosismo que no renuncia a la crudeza ni al dolor inherente a todo proceso de crecimiento, del que emana una espiritualidad conmovedora. Es una obra que derrocha genio.
Proporciona rimas de una belleza sublime. Camborda asume formas propias de la poesía para capturar los ciclos vitales y expresar los correlatos emocionales, pero sobre todo físicos, de una privación: la del derecho al aborto.
En su intento de abarcarlo todo, la serie pierde claridad. El enfoque híbrido entre biopic y musical deja la propuesta en un limbo poco definido. Aunque es posible que logre enfocar su narrativa en los episodios siguientes, su inicio confuso genera muchas interrogantes.
Torbellino fílmico. Quizá lo más novedoso de esta vibrante película es asistir al método creativo de Arroyo, a la capacidad de Rugeles para materializar en imágenes algo tan inefable como el duende.
Una serie a contracorriente que examina su objeto de estudio de manera oblicua, siempre desinflando cualquier atisbo de seriedad con un toque de humor. Logra combinar con acierto chistes, momentos de suspenso y una dosis de mordacidad.
Cumple como comedia: su causticidad es descacharrante y la rapidez de algunos diálogos le otorgan un ritmo adictivo, además de ser una creación televisiva de irreprochable calidad.
Es excesivamente repetitiva, con una estructura narrativa muy arbitraria. Como entretenimiento, resulta sumamente monótona. Si alguien pretende presentarla como una serie impresionante, mejor que le pidan un ticket de regalo, a menos que disfruten del teatro.
La mezcla de un enfoque sabe a qué quiere contar y un montaje hábil resulta en una obra llena de ingenio. Quienes busquen profundidad deben alejarse, ya que lo que encontrarán son anécdotas bien construidas.
Filme decididamente menor, no logra hacer más que entretener, mientras la talentosa dirección de actores intenta ocultar la falta de profundidad de la mayoría de los personajes secundarios.
Un guion demasiado estándar y explicativo. Tenía el potencial de ser la versión femenina de 'El luchador', pero se siente cargado de palabras innecesarias y carece de la energía necesaria.