Es, sin duda, la más compleja película de Marvel y también una de las más logradas, porque el director Taika Waititi (...) puso remedio en lo complejo.
Hay cariño por los personajes y una animación muy cuidada que alcanza momentos de genuina hilaridad, pero el ritmo es tan agresivo y las situaciones de tan rápida combustión que el agote es la única meta posible. Además del olvido, claro.
El diseño de personajes y la animación son un agrado. Las diversas dimensiones de la historia se abordan de manera eficaz, evitando caer en los excesos azucarados del cine dirigido a todo público.
Los méritos técnicos de esta película de grandes audiencias son numerosos, comenzando por el asombroso uso del 3D y el realismo de los animales y los entornos. Es una obra más oscura, pero sigue siendo igual de mágica.
Puede ser un buen rato de diversión, está bien hecho, pero al igual como le pasó al director "Indie" Gareth Edwards con "Godzilla", un blockbuster a veces puede poseer una talla demasiado grande para un director que trabaja con lo mínimo.
Quiere demasiado caer bien. No lo logra. Pero en su corazón, y es lo curioso, late una visión femenina con mujeres que son fuertes y llevan la historia. En ese triángulo [Robbie-Davis-Delevingne], la película tiene sus mejores virtudes que ayudan a olvidar los problemas de su guión.
Es un gol de media cancha de un estudio de animación que sabe reencantar a las audiencias con una nueva manera de contar una historia, aparentemente para niños, pero que es una fábula sobre lo que significa crecer.
Un agradable deleite estético. Solo en el tercio final baja el promedio, cuando la trama de la niña corre por cuenta propia y el cruce de ambos mundos (el cuento y la niña seducida por ese cuento) queda un tanto cojo.
Colorida, de atractiva factura y espíritu infantil, es como el simpático infante: está a medio camino, justo en la medianía de pasar de buena, a muy buena.
Gutiérrez muestra su ingenio visual en el universo de los recordados y los olvidados. Esta película, que tiene plena conciencia de sí misma, se presenta como una obra para el público general, pero ofrece además momentos de gran inteligencia.
Por lo menos Liebesman logra que sus efectos especiales actúen y mucho mejor que la estrella de Megan Fox. Alguien por lo menos trabaja en esta aventura para nostálgicos de los 80 y 90.
Buen producto de matiné y con una asumida estética de videojuego, con capas interesantes, un villano apropiado y un suspenso que empalman mejor que 'El Hobbit: un viaje inesperado' con la saga de 'El señor de los anillos'.
Creativa, imaginativa y descollante en su sentido más iconográfico, esta película infantil es un salto evolutivo en las películas animadas para las masas.
Los efectos especiales, la estética de joystick y la acción juvenil típica de Snyder se entrelazan de manera efectiva con el arco principal de esta narrativa, que destaca como un acto de justicia en el 75 aniversario de este héroe de los cómics.
El talento extraordinario que conocimos de Singer sigue latente. En esta ocasión, lo que encontramos son gigantes con una personalidad diminuta. Tendremos que esperar a la próxima.
A riesgo de caer en la mera imitación por la fiebre de lo digital y el 3D, esta comedia infantil deja en claro el poderío de la industria de cine española. Técnicamente impecable.
