Wan parece dispuesto a tildar todos los ítems que le enrostran los detractores al género súper, y se despacha con un relato grave, aburrido, recontra cargado de efectos especiales y con aspiraciones de tragedia griega.
Cameron reinventa todo lo conocido para dar forma a algo distinto, único, probablemente irrepetible, que eleva las búsquedas visuales al punto de que es imposible saber qué de todo lo que se ve es real y qué creado digitalmente.
El meollo de la película pasa por poner en movimiento a las criaturitas amarillas y situarlas en situaciones absurdas que se resuelven a puro gag. Los hay mejores y peores, pero siempre hermanados por una inocencia a prueba de todo.
A 'Unidos' se le notan demasiado las costuras, aquellos puntos en los que se espera que la platea se conmueva, como si aquí la prioridad máxima sea arrancar lágrimas a como dé lugar.
Hay una distancia insalvable entre contenido y forma que convierte a 'El rey León' en una película vívida pero gélida, simpática aunque carente de corazón y, lo peor, con poca, muy poca capacidad de empatía.
Una fábula elaborada con los elementos más elementales de la comedia, el cine de aventuras, el drama familiar y los musicales que incluyen canciones inspiradoras.
Podrían haberle puesto un poco más de empeño tanto en el doblaje de los actores y actrices chinas como en la manera de entrelazar las subtramas que se conectan en la parte central de la historia.
Lo mejor del nuevo film de Pixar se encuentra en algunos momentos de auténtica inspiración. La película, menos reflexiva y melancólica que otras obras de Pixar, se presenta como un ejercicio simple, efímero y alegre.
Narrada con el automatismo plúmbeo de las superproducciones sin corazón, la película del noruego Roar Uthaug quiere ser tantas cosas con tal de no parecerse a la saga de Jolie, que termina siendo ninguna.
El director neozelandés demuestra una visión innovadora y propone un enfoque más liberador para las películas de superhéroes. En su obra, la aventura se entrelaza de manera natural con el humor, creando una experiencia entretenida y desenfadada.
No hay prácticamente nada que no huela a refrito. Ralph era genuinamente emotiva a pesar de su moraleja. Ésta, en cambio, intenta que sea la moraleja el motivo de la emoción. 'Emoji' es un pulgar abajo al lado de la carita roja de bronca.
Por momentos confusa y derivativa, hay algo, sin embargo, magnético en la ambición de un relato que se atreve a ir más allá y a coquetear con el ridículo sin llegar a caer en él.
Es cierto que el cine no es una ecuación aritmética ni mucho menos, pero los nombres detrás de 'Cigüeñas' invitaban a pensar que el resultado sería bastante distinto al deslucido, esquemático producto infantil que finalmente es.