Sus preguntas, en su mayoría sin respuesta, son de las pocas cosas que permanecen en la mente tras los créditos, lo que evidencia que es una película arriesgada, pero también fallida.
Es un juego de extorsiones y amenazas cercano al cine de gangsters, aunque sin perder la comicidad oscura, ese tono vitriólico que por momentos rememora a la filmografía como director de Danny DeVito.
La película presenta una estructura típicamente cómica, pero sorprendentemente ofrece un relato policial lleno de alucinaciones. En ciertos momentos, la narrativa se vuelve frenética.
Tenía todo para ser una comedia corrosiva y políticamente incorrecta, pero nunca logra definirse. Esta indecisión provoca que la película resulte fallida, a pesar de contar con buenas ideas que no logra desarrollar.
El film logra sostener un interés creciente gracias a un guión que dosifica no sólo la información, sino también entremezcla sus distintas vertientes con frescura y sapiencia.
La nueva entrega de la serie Jackass mantiene el formato episódico característico de sus producciones, aunque en esta ocasión se apoya en una premisa argumental más simplificada, utilizando en varias ocasiones cámaras ocultas para sus escenas.
Artefacto curioso, que por momentos renguea debido a la irregularidad de sus componentes, pero en otros avanza seguro, traccionado por el placer de lo imprevisible, tiene sorpresas de las que sólo las buenas comedias se hacen cargo.
62 episodios de un vuelo narrativo y estético por momentos poético que dan forma a un thriller trepidante, descontrolado y apoteósico no exento de comedia negra.
Wes Ball imprime un ritmo vertiginoso y se toma el tiempo necesario para describir un mundo que resulta peligrosamente similar al nuestro, lo que justifica un metraje de casi dos horas y media.
Que nadie espere revelaciones con perspectiva histórica ni tampoco un análisis del contexto, porque a Wishart le interesa una suerte de presente retrospectivo.
Si la primera hora se enfoca en explorar la vida y las interacciones de la joven con su entorno y la disciplina, la segunda parte de la historia se adentra en un lenguaje más convencional y apto para los Oscars.
Más allá de tener un tema en agenda como núcleo central, 'Inshallah a Boy' se mantiene en los carriles de la contención dramática, evitando las alegorías fáciles y sin caer en el oportunismo.
Una de las más agradables sorpresas de finales de 2023. Cruda y despiadada con sus mujeres, aunque sin caer en la misantropía o el cinismo, 'Such Brave Girls' trae una nueva voz a la comedia británica.
Un film estimulante y abierto al descubrimiento. Un descubrimiento que puede llegar, incluso, con la forma de una canción frente a la inmensidad del océano.