Para nostálgicos de los maravillosos blockbusters veraniegos de los noventa, es un acercamiento intimista y con trasfondo social al universo creado por el exitoso filme dirigido por De Bont.
La carta de amor al género de Santiago Segura firma su mejor comedia estival con homenajes a 'La extraña pareja' y un reparto infantil en estado de gracia.
Más que el juego enclaustrador de los formatos cinematográficos utilizados por el director dentro y fuera de la celda, son los primeros planos de Cumberbatch donde lo que se denuncia nos duele y nos retrata.
Momoa sostiene el último naufragio de DC. 'Aquaman y el reino perdido' concluye su etapa en DC con una película deslucida, pero evoca los clásicos de aventura al estilo de Edgar Rice Burroughs.
Vuelve el cine en mayúsculas. Es la llegada de un cineasta de renombre que siempre ha buscado construir catedrales hacia la perfección. Aquí nos deja asombrados.
La película se presenta como una serie de viñetas independientes, donde los guiños al futuro de la franquicia, como el personaje de Nefario, el pelo afro y los nunchakus, logran compensar la falta de sustancia de la aventura que intenta desarrollar a lo largo de la historia.
Un insólito revival de 'Carrusel', el musical de Rodgers y Hammerstein, se transforma en un emocionante y autorreflexivo epílogo, o podría interpretarse como un nuevo comienzo.
Consigue materializar de una manera visual completamente alucinante la idea de una realidad que es pura animación. Es mucho más que un notable tour de force técnico, tecnológico y artístico.
Bird es lo suficientemente astuto como para que 'Los Increíbles 2' sea, en su brillante superficie, un espectáculo perfecto a niveles técnicos y narrativos que atrapa a los espectadores.
Termina por ganarte con su cinefilia y su playlist de los 80. Aunque se queda un poco por debajo de sus dos anteriores entregas, la tercera aventura de Gru se defiende bien y se destaca por su animación.
Se permite reírse con toneladas de cariño y complicidad del cine de Michael Bay, desnudándolo de su hiperbólica grandeza para dejarnos claro que los 'Transformers' son juguetes de inofensiva violencia.
No estamos ante un film aburrido, pero sí falto de carburante y carburación: las persecuciones son poco emocionantes, las criaturas carecen de gracia y no resultan simpáticas y hasta los villanos son un cero absoluto.
Excelente espectáculo a nivel visual y técnico de animación. Muchas secuencias están brillantemente ejecutadas. Whole película es una especie de oda a la paternidad.
Es una celebración de los musicales y de valores fundamentales. Es contagiosamente optimista y sumamente divertida. Te impulsa a cantar, bailar y salir del cine con una dosis de felicidad.
Irreverente, existencialista, cárnica y lúbrica. Rogen & Goldberg reinterpretan la orwelliana 'Rebelión en la granja' en el contexto de los productos envasados de un supermercado.
Edwards ofrece momentos de poesía y visuales de gran belleza. Sin embargo, el inconveniente es que esto se presenta solo en los últimos 30 minutos de una película de dos horas que previamente ha agotado nuestra paciencia.
Lo de menos es el argumento, una arquetípica e inflada excusa. Lo que realmente importa es la combinación de todo un subgénero cinematográfico y televisivo de los años 70 y 80, que se concentra y se presenta en un mismo producto.