La miniserie presenta escenas de combate impactantes, ejecuciones y sacrificios en lo alto de pirámides. A pesar de apoyarse en una banda sonora repetitiva y un tono ocre reminiscentes de cuadros gigantes, 'Hernán' resulta más interesante cuando explora los entresijos del poder.
La omnipresencia de los sintetizadores, a cargo de Nathan Micay, le da un tono muy especial a este producto. Como si fuera la banda sonora de la ambición que guía a Harper en su escalada hacia la cima o en su desplome hasta el fondo.
El resultado general es menos retorcido y más adusto que el de la película; aquí no hay rastro de ese humor perverso característico de Bong. La imaginería visual impacta, pero carece del toque desmesurado que distingue las obras del cineasta coreano.
El resultado final es claramente ecléctico, reflejando el espíritu mumblecore gracias a su producción ágil, bajo presupuesto y un toque de extravagancia.
Se destaca por el enfoque urbano de la Ciudad de México, donde la temática de la pandemia se aborda de manera sorprendentemente simple. La puesta en escena es audaz, el uso de una banda sonora intensa, el lenguaje directo y hasta los inserts animados refuerzan esta línea.
El programa ofrece una profunda reflexión sobre la continua confrontación entre conservadores y defensores de la libertad de expresión en Estados Unidos. 'Historia de las palabrotas' entiende a la perfección cuáles son sus límites.
El espíritu de la troupe de Jim Henson se fusiona con las plataformas modernas, utilizando el backstage como componente narrativo, incorporando celebridades invitadas y desplegando su encantadora anarquía.
Clásica, emotiva y muy íntima, la entrega de cuatro episodios repasa el logro de la Selección Argentina la partir de una radiografía de su máxima figura.
'Drops of God', en definitiva, presenta otra clase de sucesión ficcional, no necesita de los insultos de Logan Roy, y ofrece en cambio unos descorches que enorgullecerían a Baco y Dionisio juntos.
La serie entrelaza el romance con situaciones de alta tensión. Al igual que en 'Homeland', '24' y 'Bodyguard', combina temas de seguridad con relatos personales que resuenan en múltiples lugares simultáneamente.
Es de esas sagas donde cada tramo supone un golpe de KO emocional. Un festival de tormentos íntimos y simbolismos religiosos con el foco en personajes de clase media trabajadora.