El problema es que la película no se decide por nada. Amaga con ser una romántica pero no lo es, tampoco es un drama y los personajes son trazados de una manera tosca complicando la empatía.
Todo está tan bien empaquetado, las historias son tan concretas y los hermanos Coen tan notables, que, aunque no haya llegado al cine, volvieron a hacer una de las buenas películas del año.
A pesar de su intención festiva y erótica, la película se siente como una comedia amistosa. León sigue los lineamientos esperados: los personajes son simpáticos y las historias se desarrollan sin grandes sobresaltos.
Una fórmula que funciona bien. No es una película impecable, pero su guión es coherente, a pesar de algunos altibajos. La trama es interesante y el nivel de producción es de alta calidad.