La afinada mirada del director para poner en escena historias de redención y su estilo realista y cotidiano hacen que una historia lejana se sienta tan auténtica y cercana.
Los convencionalismos de la historia intentan ser compensados con el espectáculo sangriento de siempre. Sin embargo, se evidencian momentos que desafían tanto la lógica como la credibilidad, presentando a un clásico que revive sin lograr evolucionar.
Aventura de ciencia ficción espacial pero, al mismo tiempo, un ejercicio de introspección sobre la condición humana y la locura. La película mantiene al espectador suspendido entre la inquietante belleza de las imágenes y la angustia de un viaje.
Cada actor, mediante gestos, silencios, miradas y palabras, transmite el vaivén emocional que subyace en las acciones y motivaciones de sus personajes. Se establece así un delicado equilibrio entre estrategia e instinto.
En el cruce entre el biopic deportivo, el drama y la comedia, el filme encuentra un equilibrio entre la autenticidad y la crudeza de un relato típico del cine independiente, y el atractivo visual de un espectáculo propio de Hollywood.
Entre las actrices hay complicidad pero no química, lo que crea un vacío emocional que invalida la idea de sostener el filme desde los argumentos psicológicos de los personajes.
La biografía de Barnum parece servir únicamente como un pretexto para narrar una historia sobre la lucha por alcanzar un sueño, aunque iluminada con un atractivo despliegue coreográfico. Esto deja al filme atrapado en una moraleja musical y en el resplandor del show de baile.
Traza la ruta de la revancha entre sesiones de entrenamiento y combates estéticamente evolucionados, junto a interludios familiares que aportan un toque de humanidad a la trama.
Resucita una vieja saga apegada a la receta de la aventura policial en pareja, pero que actualiza el espectáculo noventero con un ritmo y estética de videoclip, que funciona para entretener a una nueva generación de espectadores.
Es una película que se construye bajo sus propias reglas para cumplir la tarea de entregar un paquete de algo más de dos horas de entretenimiento lleno de velocidad, testosterona y acción de pasarela.
Lo que más sobresale en la producción es el exuberante universo épico en el que transcurre la historia. (...) roza temas sobre el miedo, la familia o la tolerancia, pero finalmente se entrega al entretenimiento.
Pese al intento reflexivo, ni la fotografía, ni la música, ni los escenarios superan el convencionalismo en una cinta que entretiene pero no trasciende.