Mary Poppins no ha envejecido. La música y las coreografías siguen siendo espectaculares. Walt Disney estaría orgulloso del trabajo realizado por todo el equipo.
Con unos sólidos valores de producción y un magnífico montaje, la obra pierde su equilibrio ante la idea de ver desnudos a Knightley y Skarsgård. Ofrece la fórmula habitual de los dramas de época.
Domhnall Gleason y Margot Robbie no logran convencer del todo. Es una película descaradamente manipuladora, que hace que una historia verdaderamente emotiva se pierda en artificios cinematográficos.
Un poderoso recordatorio del sacrificio, el heroísmo y el poder de la fe. Gibson nunca ha sido muy sutil, pero sin duda es efectivo al transmitir un mensaje sincero.
Para bien y considerablemente para mal, es una reinvención 'voyeur' de una vida triste plagada de misoginia, decorada con pericia técnica y una interpretación empática.
Desde los recolectores de mejillones hasta la excavación de patatas, desde el mar hasta el río que marca una frontera entre la Guardia Civil franquista y el Portugal de Caetano, es un filme bello, pero inspirador en un estilo funcional.
Neeson se muestra tan potente como siempre en su rol de 'héroe': a sus 71 años, parece que seguirá interpretando este tipo de personajes, especialmente cuando hay un niño en peligro.
El guion lucha por mantener su promesa inicial, pero presenta un mundo oscuro e intrigante que servirá como carta de presentación para Faith y su elenco.
Se coloca en una olla a presión de su propia auto-importancia. La historia de Noce atraerá a los curiosos, pero no parece idónea para el público de a pie.
Un drama policíaco sorprendentemente estilizado, con una dirección de arte excepcional. Rodríguez logra construir una narrativa potente que atrapa al espectador.
Estructuralmente inventiva y, en ocasiones, transformadora. Un recordatorio de las perspectivas narrativas alternativas y de la sofisticación cinematográfica que han impulsado el avance del cine a lo largo del tiempo.