'Rats' es una película de terror que cumple su propósito, ofreciendo una experiencia tan impactante como cualquier otra propuesta de Halloween. Sin duda, es inolvidable y extremadamente perturbadora.
Es una película con ritmo y energía. Su fortaleza se encuentra en el hecho de que, a pesar de que algunos de los personajes y acontecimientos parecen arquetípicos, en última instancia resultan ser más que eso.
Un placer culpable y una cursilería propia de la época del jazz. Gadot brilla con tanta intensidad en medio de este desierto de carisma, que cuando la trama demanda menos de su presencia, la película experimenta una notable caída en su calidad.
Ofrece sólidas interpretaciones y está muy bien hecha, con una corriente subyacente de emoción auténtica que expresa con sensibilidad la fragilidad de aquella época y aquellas vidas.
Mary Poppins no ha envejecido. La música y las coreografías siguen siendo espectaculares. Walt Disney estaría orgulloso del trabajo realizado por todo el equipo.
Con unos sólidos valores de producción y un magnífico montaje, la obra pierde su equilibrio ante la idea de ver desnudos a Knightley y Skarsgård. Ofrece la fórmula habitual de los dramas de época.
Domhnall Gleason y Margot Robbie no logran convencer del todo. Es una película descaradamente manipuladora, que hace que una historia verdaderamente emotiva se pierda en artificios cinematográficos.
Un poderoso recordatorio del sacrificio, el heroísmo y el poder de la fe. Gibson nunca ha sido muy sutil, pero sin duda es efectivo al transmitir un mensaje sincero.
Para bien y considerablemente para mal, es una reinvención 'voyeur' de una vida triste plagada de misoginia, decorada con pericia técnica y una interpretación empática.
No ofrece nada que no se esperase de ella. La película de Michell desafía tanto lo tradicional como el espantoso empapelado que decora la casa de los Bunton.