'Rats' es una película de terror que cumple su propósito, ofreciendo una experiencia tan impactante como cualquier otra propuesta de Halloween. Sin duda, es inolvidable y extremadamente perturbadora.
Es una película con ritmo y energía. Su fortaleza se encuentra en el hecho de que, a pesar de que algunos de los personajes y acontecimientos parecen arquetípicos, en última instancia resultan ser más que eso.
Un intento de capturar el alma de la nación y la magnitud de su pecado original. Ambientada en los años 20, la película logra un alcance similar al de John Huston, con un toque de la agudeza de 'Chinatown'.
Un placer culpable y una cursilería propia de la época del jazz. Gadot brilla con tanta intensidad en medio de este desierto de carisma, que cuando la trama demanda menos de su presencia, la película experimenta una notable caída en su calidad.
Ofrece sólidas interpretaciones y está muy bien hecha, con una corriente subyacente de emoción auténtica que expresa con sensibilidad la fragilidad de aquella época y aquellas vidas.
Mary Poppins no ha envejecido. La música y las coreografías siguen siendo espectaculares. Walt Disney estaría orgulloso del trabajo realizado por todo el equipo.
Con unos sólidos valores de producción y un magnífico montaje, la obra pierde su equilibrio ante la idea de ver desnudos a Knightley y Skarsgård. Ofrece la fórmula habitual de los dramas de época.
Abrahamson reúne todos los ingredientes para lograr suspense al estilo de 'Turn Of The Screw', pero no logra manipularlos de manera efectiva para que el terror se instale en la casa.