El encadenamiento de gags funciona como un aparato de precisión en el límite de lo prodigioso. Al margen de la perfección de su funcionamiento narrativo, consigue crear una atmósfera temporal con gran poder de convicción.
60 segundos es, desde los brillantes títulos de crédito hasta su previsible final, una fantasía de hombres y coches, sudor y aceite, músculos y metal. Para fans del cine de acción sin pretensiones.
La blandenguería de la historia no fue óbice para que Wilder introdujera la suficiente dosis de malicia en unos resultados donde se combina magistralmente el registro melancólico con la ironía más corrosiva.
A través de una historia algo caótica, se presenta un discurso sobresaliente sobre la amistad, vista como un bloque sólido pero expuesto a numerosas oportunidades de quiebre.
El balance general de la película es impresionante y promete emociones intensas para los amantes del género. Es una obra maestra de la animación que deleitará a los más exigentes.
Pese a las limitaciones impuestas por un material dramático excesivamente manido, sus resultados poseen cierto encanto, más allá de su aparente formulación y su impecable reparto.
Astuto pero un tanto engañoso melodrama que se sostiene sobre elementos cinematográficos de fácil reconocimiento. La destreza con la que se mantiene dentro de sus propios límites es su mayor fortaleza; sin embargo, sus excesos autocomplacientes representan su mayor debilidad.
Un film generoso en sus planteamientos, aunque su resolución formal resulta algo rígida. A pesar de esto, es innegable que se trata de una obra histórica considerando el contexto en el que fue realizado.
Memorable recreación del film homónimo que dirigió William A. Wellman en 1937, un melodrama sombrío, en el que se integran con gran habilidad algunos excelentes números musicales.
Memorable musical. Minnelli mostró su cultura y buen gusto artístico, aunque a veces se pasó de la raya. Sin embargo, sus logros siguen siendo un pilar de la mejor tradición del género.
Narrada con un estilo solemne y sombrío, la obra alterna momentos de ironía y crueldad, ofreciendo una perspectiva aguda sobre el cine y la existencia humana.
Es la ópera prima más singular en la historia del cine, destacando por su notable madurez expresiva. Su complejidad profunda y la exquisita elaboración de su estructura la establecen como una obra maestra indiscutible.
El film más destacado de la etapa Metro de los Marx presenta secuencias memorables. A pesar de su naturaleza algo anárquica, esto no resta valor al humor de sus genuinos creadores, sino que se mantiene completamente coherente.
Mezcla la acción espectacular, la intriga de altos vuelos y hasta el terror en un pastiche aparente pero banal que, para colmo, intenta trascender sus premisas con mensaje incluido.
Uno de los films más sórdidos e impactantes de los 70, en el que Scorsese volvió al tema de la soledad, ampliado con diversas implicaciones: desde las secuelas del Vietnam hasta la corrupción barriobajera.
Posiblemente la obra maestra de su director. El mundo del teatro es el escenario perfecto para una historia con una construcción dramática admirable, donde se entrelazan la inteligencia y la brillantez.
Una de las obras maestras indiscutibles de su director, nos ofrece un agudo discurso sobre la interrelación entre la historia y la leyenda. Todo ello está narrado con una precisión poco común.
Posiblemente sea el punto máximo de la obra de Ford, encapsulando su percepción del mundo. Se presenta como una intrincada combinación de historia y mito, con una admirable y serena complejidad.