Además de mostrar el comportamiento de gran parte de la sociedad en torno a Malvinas, 'Ni héroe ni traidor' también registra la dinámica de las relaciones interpersonales en aquella época.
'Atómica' es una de esas películas que se aprecian si no se las toma en serio. Es cuestión de sentarse durante dos horas a disfrutar de las impresionantes coreografías de combate, la música de los años 80 y la belleza gélida de Charlize Theron.
El presupuesto limitado en narraciones ambiciosas como esta representa un desafío complicado. Muchas de las tomas en escenarios que deberían parecer naturales no logran ocultar su artificialidad.
La película se beneficia de un humor que la aleja de un didacticismo potencialmente molesto. El mensaje se presenta de forma clara desde el principio, y Hrebejk se enfoca en reiterar el mismo punto, haciéndolo cada vez más evidente.
Una buena reconstrucción de los años 90 y actuaciones sólidas para una historia tenue. Donde la opera prima de Emiliano Serra se queda corta es en la potencia de sus resortes dramáticos.
De lo general a lo particular, de lo colectivo a lo individual, '120 pulsaciones por minuto' muestra cómo la militancia a veces puede ser la gota que horade la piedra, la herramienta para conseguir un cambio social.
La trama es, sin duda, complicada hasta el extremo, pero la película logra compensar esta falta de claridad argumental con una estética excepcional. Desde el vestuario hasta los imponentes paisajes y las intensas escenas de acción, todo se presenta de manera impecable.
Los problemas surgen cuando profundizamos más allá de lo visual. Todo resulta bastante predecible, ya que los guionistas temieron que nos quedáramos afuera y, por ello, el relato se torna molesto, explicativo hasta el agotamiento, lo que afecta el clima de tensión que se intenta generar.
Si bien 'La venganza de Salazar' no ofrece mucho en términos de originalidad, asegura un buen rato de entretenimiento gracias a su guión aceptable, la inconfundible gracia de Jack Sparrow (interpretado por Johnny Depp) y un formidable antagonista, magistralmente interpretado por el experto en villanos Javier Bardem.
La historia de Juan Carlos Copes y María Nieves Rego, que abarcó más de cuarenta años, posee elementos cinematográficos y realmente merecía un documental que le rindiera homenaje. La cámara logra captar la esencia del baile, ese sentimiento que Copes y Nieves llevaron a su máxima expresión.
Con constantes diálogos explicativos, la película mantiene un tono didáctico que ayuda a que no nos perdamos en los pasillos de las instituciones norteamericanas, facilitando así la transmisión de su mensaje propagandístico sin interferencias.
La película incluye algunos guiños a íconos del género, como 'Scream', y presenta chistes relacionados con la música de los años 80. Sin embargo, el resto es lo habitual: persecuciones, gritos y abundantes escenas de sangre que carecen de sentido.
Con eficacia, la película describe la voracidad de una sociedad ávida de ídolos, enferma de patrioterismo y capaz de convertir absolutamente cualquier cosa en mercancía.