Utiliza un enfoque semidocumental meticuloso para crear una atmósfera inusualmente íntima y natural. Es un cine que destaca por su compasión e inteligencia.
Basada en el caso real de una esquizofrénica, esta película es digna pero algo turgente y fácil, un relato típicamente hollywoodiense de la enfermedad mental.
Una instantánea impresionista y muy moderna de la bohemia neoyorkina, con escenas unidas no por una línea dramática, sino por el lugar, la época y la atmósfera.
Toda la película - erótica, bonita, impresionante - demuestra tal imaginación y seguridad que se mantiene, 60 años después de haberse hecho, completamente moderna.
Tierna, original y a miles de kilómetros de sus thrillers convencionales de 'polis duros', es el tipo de película que sólo Eastwood podría y debería hacer.
Oscura, perturbadora y lenta; tan cerrada, absurda y reiterativa como la obra original de Ballard. Sin embargo, resulta notablemente fiel a los principios del director y fue realizada con gran maestría.