El reparto es excepcional, destacando especialmente a Thewlis, cuya impresionante actuación aporta al filme una energía cruel, ingenio y una sólida fuerza.
Un notable sentido del estilo se refleja en la extraordinaria fotografía de James Wong Howe, así como en la impactante interpretación de Carol Borland en el papel de vampira.
La película presenta un enfoque refrescante de la clásica historia de amor. Por fin, vemos una obra contemporánea que aborda la pasión erótica de manera sincera.
Ecléctica y enérgica, esta obra se escapa de las etiquetas tradicionales. Combina elementos de un thriller criminal, una historia romántica, un cuento de hadas y una reflexión sincera sobre algunos aspectos decadentes de la cultura estadounidense.
El tratamiento es intenso, lúcido y admirablemente económico. Lo que realmente aleja a la obra de ser simplemente una demostración parlanchina de que un hombre es inocente, es la atmósfera tensa y sofocante.