No tiene desperdicio la aleccionadora historia de género y racial. Pero en el relato se percibe también una conveniencia narrativa que no rompe con las formas más hollywoodenses. Su fortaleza para el premio Oscar es el discurso y la forma, pero no la hace para nada un mal filme.
Pasa con algo más que dignidad y decoro. Podría ser el respeto al ritmo narrativo de la idea original, pero hay algo más: un respeto al público. Contrario a la moda desechable actual, el filme asusta por mérito propio.
La actual 'La sociedad de la nieve', tiene momentos sobrecogedores, la música de Michael Giacchino contribuye a los mejores instantes poéticos del relato junto con la fotografía de Pedro Luque.
Un filme con villanas que no son tan malvadas, personajes torpes que no resultan tan tontos y perros que, aunque no sean tan adorables, tienen su encanto.
El problema con el filme es que se nota una falta de esfuerzo en su desarrollo. Muestra indecisión respecto a la meta y presenta entregas que resultan innecesarias dentro de su universo.
Hay una sutil comedia cáustica que casi navega por el humor negro, esta parte ayuda a que el relato cinematográfico fluya de manera entretenida y amable.
'Roma', es el costumbrismo como eje del relato para tocar puntos históricos y culminantes de períodos importantes en la historia de México. La construcción de lo cotidiano, universal y legítimo y por eso arte.
El personaje, desde un punto de vista cinematográfico, resulta irresistible. Sin embargo, su biopic genera una sensación de insatisfacción en el espectador.
Más cercano a un telefilme que a una biopic en forma, la película a pesar de todo, por ser un relato comprimido, elemental y ágil, resulta entretenido si uno no se toma demasiado en serio lo que se ve en pantalla.
La película demuestra que, más allá de la atracción de algunas audiencias por los típicos blockbusters, aún existe lugar para propuestas cinematográficas de mayor profundidad.
Puede catalogarse como un thriller romántico, pero en el fondo sigue las pulsiones de lo que empieza a ser una convencional Chick flick. Hay sangre, hay risas, todos los personajes son patéticos y lo que le sigue. Vale la pena.
Estamos ante un melodrama puro y duro, que sigue los postulados de un cine sin prisas ni impaciencia para contar una historia que no tiene desperdicio.
No es para un público acostumbrado a una narrativa rápida que impide sentir y pensar mientras transcurre la historia pero es contundente y terso al mismo tiempo en su poesía.
El verdadero peso del filme se encuentra en su lírica poética, su apabullante sencillez en el relato, su conmovedora forma de contarnos lo mismo en cuanto al sueño americano, desde en apariencia otros zapatos: los de familia de origen coreano.
El relato se siente ascético, limpio, poco comprometido con la complejidad de los personajes a retratar. Relato estéril, por lo menos no es una loa al género policíaco estadounidense.
En 'Julieta', el director manchego, en su intento por ser fiel a su estilo, sacrifica tanto la estructura como, lo que es más preocupante, la congruencia y la legitimidad de la narración.
Con diálogos que funcionan en ocasiones como un esgrima verbal, incluso con un toque teatral, la película mantiene siempre un tono social sin perder el rumbo. Michel Grau, por su parte, dirige a sus actores de manera eficaz, evitando que sobrepasen los límites en sus interpretaciones.
'The Batman' es una película que cumple con su objetivo. Aunque se siente excesivamente depurada en términos de corrección cinematográfica, ofrece una trama inteligente. Sin embargo, en ciertos momentos, se echan de menos las sorpresas emocionantes.