Hay mucho ruido y furia, y funciona: Es una película de suspense y catártica, e incluso los momentos más sensibleros son tan característicos de John Woo que se agradecen.
Durante 90 minutos, los perros emiten más groserías que Pacino en 'Scarface'. Además, los chistes escatológicos se vuelven cada vez más absurdos y no logran ser ni graciosos ni ingeniosos.
Gudegast demuestra su profundo conocimiento sobre el género de películas de robos, presentando diversas escenas impresionantes, aunque a veces no logra captar la atención del público en general.
Aunque los giros de la trama no son del todo sorprendentes, sí generan intriga. Es loable ver a una actriz afroamericana en la pantalla, enfrentándose a dos íconos masculinos blancos.