Es original y sorprendente, apostando por una melancolía que ya se sentía en 'Toy Story'. Combina un guion enorme con una imaginería gloriosa, y ha sido recibida en Cannes con una gran ovación.
Osborne narra una historia dentro de otra. Esta mezcla resulta efectiva en varios momentos. El uso de stop motion para preservar el libro es, sin duda, el mayor acierto de la película.
Un fuerte y destacado drama que refleja de manera sabia cómo la vida de un profesor de guardería se desmorona. Mikkelsen es un intérprete soberbio, como se demuestra en su actuación en 'The hunt', que merece un premio.
Eastwood descarrila. Con una trama similar de heroicidad, Paul Greengrass cautivó con 'United 93'. Lo que en aquella película era tensión y vigor, aquí se traduce en rigidez y anécdotas infladas.
No es una ingenua película ecológica para niños. De ninguna manera, y su mensaje es claro, llegando incluso a establecer un paralelismo con el Holocausto judío. Además, se ofrece una profunda reflexión sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza.
Guadagnino mantiene su estilo refinado, que lo llevó tan lejos en 'Yo soy el amor'. Además, integra elementos a la trama que destacan con precisión lo que se presenta en pantalla.
Ron Howard no es capaz de darle vida a una película que cojea desde la misma elección de su protagonista. Tras un arranque moroso, la historia entretiene, pero le falta chispa.
Se permiten alegrías narrativas en pos del espectáculo, brillante, por supuesto. Pero los tiempos, hormonados con clembuterol digital, no comprenden de sutilezas ni de cariño en el producto.