Parece querer justificarse como un retrato grupal, lo que resulta en una película de coming of age que se ve afectada por su indecisión respecto al enfoque.
Una ficción interesante, entretenida o conmovedora, que aporta indicios sobre cosas que ni siquiera sospechábamos de alguna sociocultura o episodio histórico.
La cámara en mano refleja un nivel de descontrol similar al del personaje, y en ningún momento se anticipa cuándo sucederán los eventos importantes. Además, el enfoque que se le da a estos momentos no se diferencia mucho del de las partes meramente descriptivas.
La película construye un mundo único que se queda en la mente del espectador, generando reflexiones tanto formales como temáticas, y ofreciendo una experiencia vívida que permite sentir una profunda inmersión en el entorno que presenta.
Aunque el enfoque de la película es estructural, presentando y explicando de manera pedagógica diversas facetas y dilemas del proceso, también se involucra profundamente con cada uno de los personajes y las situaciones intensas que experimentan.
Da la impresión de que los realizadores estudiaron detalladamente la obra maestra que es 'Parque Jurásico'. La película presenta una textura única que invita a disfrutar de este safari virtual y a experimentar el verdadero miedo.
La historia está llena de eventos dramáticos que garantizan el entretenimiento y la atención, por más que algunas situaciones estén guionadas en forma un poco burda y ambientadas con una sobreexplicada música arty.
Es muy torpe la manera en que se revela el misterio, con un enfoque distante que parece priorizar el estatus de la película como algo seudoprestigioso en lugar de centrarse en los personajes. Al final, poco importa quién cometió el crimen.
La factura de la película es muy cuidada en lo visual y en lo sonoro. La dirección de arte es fantástica, así que esta película atrapa y contribuye a ensanchar, con muchos méritos, el campo cada vez más diversificado del cine nacional.
La Hollywood actual ha entrado en una fase en la que solo parece capaz de imaginar o justificar la extensión de una aventura desde la perspectiva de lo grandioso. Sin embargo, esa grandiosidad se logra más a través del tono y la retórica que por su verdadera sustancia.
Los atributos visuales y sonoros de la obra maestra son buenos motivos para verla en un cine. Pero es sobre todo el componente emotivo y catártico el que se va a beneficiar de ser, más que un mero espectador, parte de un público.
La estructura abierta de la película permite distraerse con pequeñas magias que no aportan a la historia, pero sí a esa capa espesa de climas y temas que se entreteje con la anécdota.
El personaje del patrón muestra interesantes ambigüedades, y la película, a través de diálogos elaborados, romanticiza la conexión entre el hombre del campo y la tierra.