La estructura abierta de la película permite distraerse con pequeñas magias que no aportan a la historia, pero sí a esa capa espesa de climas y temas que se entreteje con la anécdota.
El personaje del patrón muestra interesantes ambigüedades, y la película, a través de diálogos elaborados, romanticiza la conexión entre el hombre del campo y la tierra.
En 'Ma Rainey’s Black Bottom', la adaptación de la obra teatral se ve ensombrecida por un exceso de recursos cinematográficos llamativos. Esto hace que la película se asemeje a un ejercicio donde se intenta aplicar todos los trucos aprendidos en la escuela de cine, lo que le resta autenticidad.
La película presenta elementos de aventura que la posicionan como un ejemplo representativo de lo que comúnmente esperamos de un western. A pesar de su cuidada ambientación y algunas pocas secuencias de acción, su esencia es más cercana al cine de autor y al cine con un mensaje, algo que la dirección resalta claramente.
Todo eso está realizado con mucha elegancia, pero, frente al consabido virtuosismo cinematográfico del director, nos da una sensación de renuncia, de voto de castidad.
Nada basta para sostener una narrativa consistente. Quizá como consecuencia de la estructura de la novela, la historia flota un poco a la deriva, y uno podría abandonarla antes del final o comenzar a leerla en cualquier momento sin perder demasiado.
Toda la vida soñé con ver un buen thriller ubicado en la Gran Purga. Esta película transmite mucho de ese clima y tiene elementos de thriller. Pero la película es más compleja y extraña que eso. Está salpicada de un humor quirky perverso.
La película tiene poca utilidad y lo que intenta aportar lo hace de manera incompleta: obtenemos un ligero entendimiento de la historia, pero también perdemos parte de ella. En cuanto a entretenimiento, resulta monótona y, en términos de reflexión moral, social o ética, se ve limitada por su clara intención de entretener.
Lo que no fatiga nunca, o incluso está cada vez mejor, es el gusto de su manera de filmar, [de Allen] la sabiduría para elegir los puntos de vista con una sencillez y funcionalidad excepcionales, pero al mismo tiempo obteniendo gran belleza plástica.
Los Taviani destacan anécdotas intrigantes y emotivas que giran en torno a pequeñas acciones heroicas, dilemas éticos y la brutalidad del fascismo. Su enfoque combina una estética visual rústica al estilo de Roberto Rossellini con una poderosa plasticidad gráfica.
La película está filmada con una elegante discreción y sorprende constantemente al interrumpir las escenas de manera abrupta, dejando ciertos asuntos sin resolver.
No encontraron la manera de superar el carácter desviado de un proyecto que comenzó con una idea y terminó siendo otra. La narrativa resulta ser un verdadero caos.
'Dolor y gloria' es tan profundamente emotiva y toca elementos sensibles con los que muchas personas pueden identificarse, que resulta difícil creer que sea una obra de ficción.
Además de ser visualmente hermosa, la película maneja esas ideas de manera muy ingeniosa. Cada canción está diseñada en un estilo único que refleja una situación claramente diferenciada.
Esto es Hollywood en su mejor expresión. Mortensen es increíble. Su actuación, así como la del formidable Mahershala Ali, cuenta entre los muchos atractivos de esta película deliciosa.