Sin pretender mucho más de lo que ofrece desde su planteo inicial, 'El único y gran Iván' se disfruta, mientras subraya un mensaje de preservación y preocupación por las especies en cautiverio.
Alejándose de la política para centrarse en una intrigante historia, Natalia Oreiro como Eva Perón ofrece la mejor interpretación de su trayectoria, acompañada por un elenco destacado y una convincente recreación del contexto histórico.
Con una increíble Lesley Manville, esta comedia sostiene a lo largo de su metraje su compromiso con un hábil guion y un mensaje: las buenas acciones son su propia recompensa.
Una gran película, adrenalínica y sin fisuras, que supera en todo a la original. La secuela tiene grandes escenas de acción y momentos emotivos para los que no conviene estar con la guardia baja.
Los dos primeros episodios disponibles sugieren una épica sombría, de arrepentimientos y venganza al estilo 'The Mandalorian', pero también intentos de divertir a un público infantil con una aventura liviana más cercana a las series animadas.
Impredecible, seductor, desbordado, exagerado, banal y magnético a la vez. Una docuserie que genera mucho ruido pero carece de contenido sustancial, y que seguramente dividirá opiniones al igual que su protagonista lo hacía en su momento.
La simpleza de la trama no ayuda a entusiasmar a la platea, sin embargo el producto adquiere otro cariz mucho más interesante cuando se revela que, detrás de lo presentado, late una suerte de tributo a la carrera de Jackie Chan.
Tiene las mejores intenciones, pero no asusta. El film de terror es muy atractivo visualmente, pero falla en la construcción de la tensión, que se diluye inexorablemente.
'Elementos' es un manifiesto por la tolerancia, que señala a las nuevas generaciones como responsables y artífices del cambio. Los mismos que, no importa la edad que tengan, disfrutarán de los múltiples niveles de encanto que ofrece la película.
El nuevo film animado de la factoría fundada por Walt Disney cumple con lo que promete a lo largo de 95 minutos de emoción, nostalgia y, claro, entretenimiento.
La intención de Hoy se arregla el mundo es empatizar con el público apelando a la emoción. Su mejor apuesta es hacerlo poco a poco, construyendo un vínculo con el espectador que crece gradualmente y en paralelo al que surge entre los protagonistas.
Apela a un humor directo y a una complicidad con el espectador que se apoya por completo en las capacidades actorales de su protagonista, Tatiana Maslany.
Esta película padece de una notable falta de originalidad, pues se siente la pereza tanto en su guion como en su dirección. No hay esfuerzo por transformar una historia que ya hemos visto antes en algo que nos sorprenda.