Todo es artificio en 'La danza de la realidad', acumulación desmedida como simulación narrativa, capricho y elocuencia de un creador admirado y repudiado por propios y extraños, pontificación extrema digna de un profeta de Internet, en especial en la última media hora del film.
Con menos excesos en el diseño de producción de varias de sus películas anteriores, Tim Burton realiza este biopic sobre el matrimonio de Margaret y Walter Keane que no se aleja de una mera ilustración de un paisaje de época.
La elección de un tono didáctico, donde lo casual y lo causal aparecen combinados de manera forzada, provoca que rápidamente se olviden las ocasionales virtudes del inicio.
'Ida' es una película sólida, tal vez excesivamente calculada para el circuito de festivales. Destaca el excelente trabajo de los actores y una narrativa que se desarrolla principalmente a través de susurros.
Disfrutable y olvidable, la nueva entrega de 'X-Men' cumple lo que promete en materia de aventura y entretenimiento. La mesa está servida para los seguidores de la rendidora saga.
Mujer lobo invade al género desde los márgenes, propiciando una relectura sobre el terror que no oculta su toque fashion. En ese punto están sus ostensibles virtudes, pero también, sus visibles defectos.
Nada nuevo aporta Nadie vive, salvo el cambio de perspectiva en la narración. Hay mucha sangre, tal vez en exceso, y poco cine en su desarrollo. O casi nada.
La plegaria del vidente se caracteriza por su efectismo extremo, evocando el estilo de los thrillers de los años 80. La película presenta un montaje áspero, donde la brutalidad de los asesinatos es evidente, mostrando una abundante cantidad de sangre, cuerpos desmembrados y un cuidadoso trabajo de posproducción.
El pozo, más allá de sus intenciones, sustenta su narración en clichés y escenas impactantes que buscan generar una emoción inmediata, aunque a menudo caen en un didactismo excesivo relacionado con lo médico y lo familiar. Se siente cerca de la verdad absoluta, pero distante del verdadero lenguaje cinematográfico.
La zancadilla más importante al seguidor de la saga es la desaparición de las cámaras en mano, que aportaban autenticidad. El uso del fuera de campo brilla por su ausencia y la trama se limita a mostrar un par de sustos y una abundancia de hemoglobina derramada por las instalaciones del barco.
El director venezolano Joel Novoa demuestra un notable control narrativo al presentar un relato que enfrenta a dos bandos en conflicto. Opta por no posicionarse y en su lugar, se sumerge en la preparación del acontecimiento, observando los rituales y los vaivenes de una historia que entrelaza lo ficticio con lo real.