La flojedad argumental se disimula en algunos instantes de honesta estética, donde la película logra evadirse temporalmente de las fórmulas utilizadas en estos films que ya han pasado de moda.
La tercera película de Sebastián Borensztein maneja distintos tonos, que son eficaces y originales en ciertos momentos, mientras que en otros resultan algo obsoletos y forzados.
Tiene cuatro intérpretes que funcionan a la perfección en sus papeles, claramente delimitados por la solidez del guión. Pero también posee una mirada particular, minuciosa, que observa con extrañamiento y delectación a esa familia disfuncional y rabiosamente empática hacia el espectador.
Leigh puede haber perdido la ferocidad implacable que solía tener, pero es poco probable que alguna vez realice una película que no merezca la pena. 'Un año más' se presenta como una obra menor, con un enfoque académico, intensa y de bajo perfil.
Woody Allen vuelve a regodearse en sus obsesiones de los últimos años: el paso del tiempo, las prostitutas y la soledad, para entregar una película coral con textos risueños que no escapan ni a la profundidad ni a la nostalgia.
Film menor dentro de una carrera singular y única, que parece concebido desde la mente de un joven inquieto más que procedente de la sabiduría de un realizador veterano.
Consigue sus mejores momentos cuando el humor ácido y oscuro descansa en los silencios del protagonista, en los tiempos muertos donde hay lugar para la pausa y las ironías del caso, en la descripción visual del particular "mundo de los actores".
Dos o tres escenas son efectivas y los últimos 15 minutos presentan una gran cantidad de muertes, lo cual complace a los aficionados del gore más básico. Sin embargo, esto resulta insuficiente, casi insignificante, para un cineasta que a finales de los años sesenta cambió algunas reglas del género.
Almodóvar se presenta con un tono serio y solemne, mostrando una confianza que roza la presunción en su visión de la vida. Sin embargo, logra enfrentar este desafío con éxito, manteniéndose firme y detallista en su estilo.
Las escenas con vientos intensos generan una gran impresión, pero la historia se vuelve predecible al presentar situaciones convencionales y personajes poco desarrollados.
La trama incluye momentos lentos (en ocasiones útiles, en otras no), sustos y gritos en la noche (a veces con sentido, a veces sin él) así como varias trampas narrativas que no resultarán molestas para los aficionados a este tipo de films.
Una película que se siente excesivamente similar a muchas otras, concluyendo con la promesa de una secuela, a pesar de que las falencias del guion son evidentes y reflejan una alarmante falta de creatividad.