Un retrato poco sentimental, pero estoicamente angustiado muestra cómo la experiencia del inmigrante puede estrechar el vínculo entre padre e hijo o deshacerlo de forma permanente.
La provocación de The Guits es todo lo amable que puede ser algo tan abyectamente espantoso, aunque tal vez le falten algunos sobresaltos para alcanzar el estatus de culto que busca.
Un drama que escuece, inquieta y emociona, coherente con sus obras anteriores en cuanto a una sensibilidad narrativa cosquilleante y mareante que convierte un material aparentemente estático en algo volátil y cinematográfico.
Un ejercicio indulgente pero interesante de terapia documental. Una obra defectuosa pero sincera que no llega a la altura de Roberto Rossellini, aunque esa es la intención.
A pesar de no desarrollar sus ideas completamente, la película mantiene su impacto al abordar un problema de gran relevancia que permanece sin solución.