Hay moralina en cantidades realistas, puntos débiles para los villanos. La mirada política tampoco es ingenua. El filme crece al final, tras una trama desordenada, un argumento mínimo y con algunos villanos que prevalecen.
El gran logro de 'Intensa-mente', la nueva apuesta de Disney Pixar es ser principalmente una película, e interpelar con herramientas ligadas a la ciencia sobre el proceso de construcción de las emociones.
Una proclama para celebrar la vida. No se enfoca en la muerte, aunque la muerte esté siempre en escena. Ni ellos sienten compasión, ni la historia se las entrega.
El primer acierto de la directora es esquivar el tono dramático; el segundo, elegir como protagonista a Gelsomina. Con ironía, algunas pinceladas de comedia y un toque de realismo mágico, la historia avanza hacia un cruce de culturas en un entorno paradisíaco.
Sean Baker desmantela la estigmatización a través del humor, la investigación y una gran dosis de creatividad, todo ello sin necesidad de un gran presupuesto.
El mérito reside en la fusión del pasado, los personajes y los escenarios, entrelazados con una letra y música que marcan el compás de un relato introspectivo. Todo esto se presenta sin exageraciones ni dramatismos, logrando un resultado profundamente emotivo.
Hay una historia de transformación, el drama de descubrirse y asumirse de otro sexo. El avance de ese descubrimiento es uno de los grandes logros del filme. Pero sobre todo hay una historia de amor y respeto desprejuiciada.
Un universo propio, Woody Allen se las ingenia para estar en varios personajes a la vez y contarnos otra vieja historia nueva, anclada en los años '30.
Hay algo que se impone de inmediato en 'La luz incidente'. El compromiso del autor con la historia que narra es equivalente a la calidad de la realización y las actuaciones, las cuales están cuidadas con una notable dedicación.
Digamos que es una experiencia que excede el terreno cinematográfico, difícil de seguir por momentos, apuntada a un tipo de lector, de espectador, fascinado con los mundos paralelos que van tejiendo las palabras y las imágenes.
Realidad y ficción se entrelazan en este relato, que se presenta como un puro recuerdo. Diferentes voces comparten su versión de la historia, sirviendo para eliminar una mancha silenciada. Se evidencian la indiferencia, el oportunismo, la excepción y la muerte en este proceso.
Una biopic de costura impecable. Contagiosa en su ritmo y empática en su lucha, 'Gilda...' celebra una estética popular sin adornos. Es un cine sencillo, con una estructura clásica, que reivindica esa posibilidad.