Una película de guerra en la que nadie parece experimentar miedo, incertidumbre o angustia. Tras 'Saving Private Ryan' y 'Dunkirk', resulta sorprendente que todavía se produzcan filmes bélicos de esta manera.
A medias entre ser una película de animación, de cine negro y una bufonesca comedia. Es un ejemplo de sabiduría técnica que derrocha exuberancia, una auténtica maravilla.
Es una película policíaca de lo más divertida, con muchas risas, mucho estilo e interpretada con brío por un reparto de calidad. Además, confirma a Saoirse Ronan como una Diosa de la comedia.
A pesar de una imponente interpretación de Zellweger, no expone el corazón oscuro de los últimos años de Garland, creando un atractivo drama de backstage, pero sin meterse en la piel de su protagonista.
Joanna Hogg ofrece una magistral clase sobre cómo realizar una secuela: más profunda, más entretenida y más creativa que la anterior. Es una cineasta que se encuentra en el apogeo de su talento.
Rompe con la narración convencional a favor de un enfoque sofisticado y más elíptico. Requiere paciencia, pero ofrece abundantes recompensas. Interpretada a la perfección por Law y Coon.
La ambigua naturaleza de la justicia se maneja aquí con gran inteligencia, y el veredicto final te mantiene siempre en tensión. Sin embargo, con algo menos de indulgencia habría funcionado mejor.
Aunque no logra provocar una conexión emocional profunda, es una respuesta audaz, compasiva y poética a las biografías cinematográficas comunes. Además, reafirma a Kristen Stewart como una de las actrices más fascinantes del momento.
Hace algunas observaciones interesantes sobre las prácticas de los ciclistas, pero le faltan matices, especificidad y originalidad para ponerse el maillot amarillo.
Ni siquiera la presencia de Halle Berry logra revivir esta anticuada combinación de película deportiva y drama familiar. Al final, el exceso de clichés deja una sensación de agotamiento.
A pesar de algunos momentos entretenidos y sangrientos, 'Halloween Kills' resulta fundamentalmente repetitiva, aburrida y desmerece todo lo que John Carpenter logró con la original.
El debut de Alice Lowe puede que titubee en control, especialmente en historia y tono, pero es una película atrevidamente evocadora que refleja a una cineasta de imaginación y promesa.
No encuentra el equilibrio adecuado entre los personajes y los elementos de género, pero crea una atmósfera efectiva y sirve de escaparate para sus estrellas emergentes.