No es tanto una adaptación de un videojuego, sino más bien una adaptación de su tutorial. Todo en 'Tomb Raider' resulta copioso y tediosamente funcional.
Lund está imponente y Ferrara demuestra su talento. La dirección es sofisticada y logra capturar momentos clave de la narrativa, aportando un estilo visual que enriquece la trama. En conjunto, estas actuaciones y la dirección agregan profundidad a la obra.
Prioriza la comedia nostálgica, con frecuencia aburrida, sobre el retrato convincente de los personajes. Los miembros del reparto son meros vehículos para el ingenio de Hill.
'Thelma' se convierte en un thriller paranormal, lo cual no resta fuerza a su análisis de personajes. Muchos momentos de la película recuerdan a una tesis escolar.
El control del tono por parte del director es tan grande que las películas pueden hacer malabares con dos o más emociones en conflicto y explorar cómo lo antitético se puede complementar.
Sea cual fuere el comentario político que Wim Wenders buscaba hacer, aquí se pierde entre las confusas caracterizaciones. Sólo funciona al exponer el vacío de los personajes principales.
Una película cuyos personajes solo parecen existir como receptáculos del drama, exhibiendo escasa vitalidad fuera de sus momentos de tragedia y conexión simbólica.
Estamos ante el peor tipo de feminismo, uno tan absorto en el deseo de 'salvar' a una mujer que la victimiza tanto como sea posible para hacer su redención mucho más loable.
Irónicamente, un filme que traiciona el desinterés de Sorkin por un espectáculo clásico, por su habilidad de atraer a las masas, llama la atención sobre la excesiva simplificación de sus métodos.
Eclipsa incluso su material original, logrando captar el horror universal presente en la ficción de Lovecraft y, al mismo tiempo, abordando de manera directa los aspectos más problemáticos de su literatura.
El inesperado giro de 'Fly Me to the Moon' hacia un tono más serio cambia el ritmo de lo que había sido una comedia romántica encantadora y convencional.