La mezcla de introducciones, traiciones, flashbacks y secuencias oníricas puede resultar confusa en la primera mitad, pero conduce a un clímax que, aunque algo absurdo, logra ser entretenido.
Tan torpe e indigerible como sugiere su título, la película presenta una trama escasa que encasilla a Van Damme en un simple cuestionamiento sobre el paradero de su riñón.
La acción no logra ofrecer sorpresas ni alejarse de las fórmulas convencionales, pero a pesar de sus limitaciones, resulta ser un entretenimiento entusiasta.
Una conclusión satisfactoria que intensifica los temas culturalmente incisivos de la serie, mientras cumple con su rol como el tipo de serie de detectives que busca satirizar.