La impetuosa interpretación de Jim Carrey como Truman otorga a su carrera nuevas dimensiones, pero la auténtica estrella de esta película es su premisa.
Las florituras impactantes que dan actitud a esta película inglesa de gangsters son perfectamente bienvenidas, pues la película no tiene una parte honesta y sustancial que pueda ser dañada.
Un triunfante y hábilmente desconcertante viaje a través de un submundo que surge enteramente de la madura imaginación del Sr. Tarantino, un paisaje de peligro, conmoción, hilaridad y vibrante colorido.
Un film intenso y turbulento que combina tristeza con un humor salvaje y mordaz. Cage, con la expresión de un angustiado santo medieval, brinda una interpretación sutil y atormentada que refleja de manera muy real la crisis espiritual de Frank.
Tilly brilla con su interpretación de Agnes, mientras que Bancroft destaca como una madre superiora astuta y dominante. Sin embargo, el guion restringe el desarrollo de sus personajes.
La presencia de Streisand es tan impactante que parece tener la libertad de hacer películas mediocres como esta. Sin embargo, sería lamentable que se conformara con eso.