Es más memorable por sus personajes que por su estilo. Ofrece energía, ferocidad y humor en lugar de elegancia estilizada, aunque eso parece más que suficiente.
Esta película de aventuras se preocupa más de mantener enhiestas las plumas de los sombreros de los mosqueteros mientras van galopando, que de la historia.
No es un recital de humor y armonía, y los ingeniosos toques intergeneracionales son bastante escasos. Pero es una animada versión infantil de la historia de Dickens.