Aunque más refinada que sus anteriores producciones, 'The Doom Generation' recuerda a la típica película para ver a medianoche repleta de sensiblería deliveradamente cursi.
Imagina a un Martin Scorsese dedicado exclusivamente a películas de serie B, y así puedes vislumbrar lo que Ferrara es capaz de lograr. Sus resultados pueden ser irregulares, pero en ningún momento son aburridos.
Traviesa y muy inteligente, la película destaca por la actuación hilarante de Cassel en el papel de un gánster y posible productor de cine. Cassel no es solo un actor, sino un verdadero hombre espectáculo.
Una película fascinante, visualmente grandiosa, sin un ápice de alma o calidez. En sus propios términos, es un éxito considerable, una película que sacrifica todo al servicio del estilo.
Es una nueva oportunidad para que Romero displiegue de forma intermitente su filosofía y su sátira sin poner en riesgo su reputación de ser el tío más espeluznante que existe.
El hecho de que Cannonball Run II no sea demasiado buena no impedirá que se convierta en la mejor comedia de este verano, aunque sólo sea por la ausencia total de competencia.
Sus pensamientos sobre sus personajes no profundizan más que en un bol de sopa, pero esos pensamientos se expresan con ingenio, afecto y abundancia de fascinantes trucos de cocina.
Lo que realmente sostiene la película es su enfoque lúdico y la firme creencia de que las historias de detectives son inherentemente entretenidas, sobre todo cuando el detective resulta ser tan torpe como Ned Ravine.
Harlin, que destacó mucho más en la dirección de 'Die Hard 2', carece de sentido del humor y aborda las absurdas escenas de acción de la película con excesiva solemnidad.