La química entre los protagonistas eleva una historia que, aunque algo convencional e inocente, se transforma en una entretenida comedia juvenil. Hay momentos de auténtico virtuosismo en la actuación.
Es la magia del cine de estos directores: la capacidad de hacernos temblar de placer en la escalofriante calma que precede a la tormenta. Lo fantástico no quita lo real. Moorhead y Benson se reafirman en el terror indie.
Una pena que se pierda entre subtramas poco desarrolladas. Al final, se presenta un intento de thriller que, a pesar de ser bienintencionado, carece de un dilema moral claro.
Funciona a partir de la sencillez bien entendida, desde su puesta en escena y esas localizaciones portuarias, hasta su trama, dirigida con mimo y desarrollada con agilidad. Es un buen cine.
Amy Poehler consigue invertir los roles y hacer del exitoso quarterback el despreciable reflejo de las actitudes machistas que aún perduran en la generación Z.
Un relato emotivo y tierno que brilla gracias a su tono ligero de comedia. Sin embargo, es posible que se desvanezca de tu memoria justo después de salir del cine.
Sally Potter entrega una obra dinámica y entretenida, caracterizada por su constante cambio de escenas y giros inesperados. Esta película se destaca como su trabajo más divertido y ágil hasta ahora. Se presenta como una sátira mordaz e irreverente que examina la sociedad británica tras el Brexit.
El miedo, la duda y la vulnerabilidad se entremezclan con la fuerza y la determinación femenina en la sólida interpretación de Devos. No hay proclama feminista más efectiva y poderosa que esa.
Gélin se inspira en la grandeza de 'La vida es bella'. En esta historia, al igual que en una fábula, existe el dolor. Sin embargo, también hay maravillas y felicidad.
Una suerte de road movie tan sencilla en su presentación como honesta y emocional. Partiendo de un brillante elenco y un guion sólido y sin necesidad de florituras.
Los directores intentan transgredir la comedia negra, pero, pese a su originalidad y un reparto en estado de gracia, el ritmo se estanca entre subtramas y personajes que exceden por momentos lo caricaturesco.
Documental profundo y envolvente que celebra una profesión frecuentemente menospreciada, mientras nos confronta con la realidad de la muerte. Nunca se había retratado la vida de una manera tan significativa a través de la muerte.
Puede presumir de manejar su trama con acierto. Es entrañable, ligera y entretenida, cumpliendo con creces lo que se espera del género. Su originalidad le otorga un toque casi honorable.
Un guion directo y algo superficial, que presenta un recorrido entretenido aunque desigual, con momentos apresurados y en ocasiones excesivamente detallados. La película resulta amena, pero no quedará en tu recuerdo como 'Training Day'.
Aunque lo fantástico resulta a veces poco convincente, nos dejamos llevar por dos personajes desconocidos, interpretados con maestría por Javier Rey y María León, hasta una playa en Conil, rodeados de canciones de Mecano y la literatura de Chéjov.
Una conmovedora fábula que explora la inquebrantable fuerza de la naturaleza y el viaje de superación personal, destacando la perseverancia y, en última instancia, la búsqueda de la felicidad.
Benm’Barek captura de manera abrumadora la esencia de su protagonista, haciendo un uso mínimo de diálogos y centrándose en los sutiles gestos que transmiten un profundo dolor. Es un relato desgarrador que resulta esencial para comprender la historia.
Cae por momentos en estigmatizaciones y efectismos, sin embargo, gracias al carisma de personajes como los de Zahera, deviene en una recriminación necesaria ante la falta de inclusión.