Refleja maravillosamente el absurdo fiscal y logístico de estas celebraciones tradicionales, con mordacidad, meteduras de pata y caricaturas elaboradas con maestría.
Un experimento interesante que entretiene tanto a niños como a adultos con su humor y magia, aunque su impacto se desvanece rápidamente de la memoria, apenas unas horas después de verlo.
La intención de los Pierce es contar una historia única en la que la identidad y el número de muertes no tiene límites. Esta no es una simple película de monstruos que ignore los detalles más complejos de su mitología.
Los últimos 30 o 40 minutos son realmente destacados. Logran evitar que la película se convierta en una comedia superficial y poco original, carente de intensidad.
El conjunto resulta algo agotador, considerando que son pocos los guiones que pueden sostener este nivel de locura. Afortunadamente, Sharp y Jackson hicieron todo lo posible para darle al proyecto un giro interesante.
Esta película muestra la resistencia de una comunidad que enfrenta situaciones extremas, desde quienes dependen de respiradores hasta aquellos que los cuidan y los que deben esperar en medio de la adversidad.
Es un recorrido fascinante a través de los momentos claves de la historia de la religión y cómo el concepto de Dios ha sido manipulado por charlatanes y la cultura popular.
Gavras aporta una seriedad tonal que contrasta con el enfoque satírico del tema, invitándote a reflexionar sobre su relevancia mientras exploras las diversas facetas del racismo.
Podría haber cambiado fácilmente a un drama serio carente de intriga o convertirse en una caricatura exagerada. La capacidad de equilibrar ambas posibilidades es algo que no se debe subestimar.