El valor documental del filme se siente incompleto y evita cualquier pretensión de no ficción. En su lugar, nos ofrece una historia que oscila entre 'Oficial y caballero' y 'Rocky'.
Sin escape de gas paródico o superficial, y eso que el argumento podría prestarse a la burla. El cineasta supera estos obstáculos, aunque el resultado final refleja una inercia y repetición de un sendero muy transitado.
Ni albricias ni alipori. La cinta da bandazos continuos entre la comedia romántica y el drama familiar, sin ofrecer un retrato femenino convincente; más bien presenta bocetos de un clan que se autoperdona sus torpezas.
Con más aciertos que torpezas, la película se presenta como una misión humanitaria en medio de un conflicto personal, rodeado de uno mucho más abrumador.
Con referencias evidentes a Black Hawk derribado, El Álamo y Tropic Thunder, aunque no tanto a Homeland o Argo, lo cual es una pena. Se presenta como un filme patriótico y sentimental, aunque básico. Mezcla elementos de videojuego con una banda sonora que recuerda a los tráileres.
Hay buenos golpes de humor, pero la falta de motivación y el sentimiento de repetición terminan afectando a unos personajes tan poligonales y con poca expresión humana que parecen sacados de la peor tradición de la compañía.
El gran oficio del cineasta eleva el resultado más allá de un simple telefilme, aunque la expresión de Fiennes como opositor a notarías puede poner en riesgo la obra.
Un catálogo de miserias humanas que carece de matices y no logra alcanzar el esperpento cruel y ácido que se podría esperar. En definitiva, un filme olvidable y poco envidiable.
Un filme con un argumento que, de puro tontaina y absurdo, acaba por hacer gracia. A pesar de todo, su rudimentaria apología de la amistad y bonhomía termina resultando mona y entrañable.
Lamentablemente, un guión poco desarrollado, una falta de contexto histórico significativo y números musicales que ya se sienten anticuados, empañan una producción que, a pesar de todo, presenta momentos de calidad.
Otra crónica costumbrista que se presenta como una ágil comedia, sustentada por un guión ingenioso y un trío de actrices que muestran una conexión notable.
Pese a su evidente debilidad, el filme cobra vida al retratar, de manera cóncava o convexa, a los dueños de los perros en un tono de "perros muy importantes", especialmente en el segmento urbano de la Ciudad de México que recuerda a "Babe 2".