Toma el tema de la maternidad como punta de lanza para hacer un filme ejecutado con economía de personajes y locaciones pero riqueza atmosférica al más puro estilo del terror psicológico.
Es una secuela destacada que no se limita a repetir la fórmula del éxito anterior, sino que se esfuerza por desarrollar a sus personajes, permitiendo su evolución mientras se mantiene fiel a su esencia.
Funciona a diferentes niveles, sirviendo tanto como entretenimiento cinematográfico como un comentario sobre los riesgos de sobrepasar los límites, la búsqueda del realismo y la inquietante urgencia de la conectividad.
No logra funcionar ni como reinicio ni como adaptación de la película original. Lejos de ofrecer ningún momento de terror, la cinta falla en múltiples aspectos.
Los codirectores se esfuerzan en crear una obra que carece de emoción y autenticidad. El reducido espacio en el que colocan a sus personajes parece reflejar su propia limitación creativa.
'Mi papá se llama Lola' es un filme interesante, bien ejecutado y presentado con habilidad. Sin embargo, la relación entre padre e hijo no se permite explorar a fondo sus complejidades.
La trama de 'Zoom' se vuelve cada vez más absurda, lo que la convierte en un intento fallido. Sin embargo, logra destacarse como una propuesta con algo de frescura.
La película presenta una comedia romántica que busca entretener sin complicaciones. Es ideal para quienes desean disfrutar de una historia ligera y amena.
La película enfrenta dos tipos de humor: la comedia de situación y la comedia física, en la que Zach Galifianakis sobresale. Sin embargo, esta mezcla no consigue el efecto deseado, a pesar de tener un elenco talentoso.