Russell Owen logra generar una atmósfera notable utilizando escasos recursos. Su dirección se caracteriza por un tono gótico que inquieta y mantiene a la audiencia en tensión.
El guion es tan engañoso que, casi como Carl, nos sentimos perdidos. Lo mejor es dejar de lado cualquier intento de desentrañarlo y simplemente disfrutar de los planos inquietantes de Blaubach.
Sus efectos especiales son magníficos, aunque no destacan de manera notable. Sin embargo, los actores están realmente involucrados y el guion consigue ofrecer momentos de reflexión sin detrimento del entretenimiento.
La película destaca por su estilo y algunas ideas interesantes, aunque estas no están completamente exploradas. La actuación vibrante de la protagonista aporta energía al filme, que resulta ser más sólido de lo anticipado.
Si pensabas que la franquicia de 'Crank' había llegado al límite del mal gusto, prepárate para explorar una nueva profundidad: 'Gamer', un espectáculo futurista repleto de violencia y elementos provocativos.
Metódica y eficiente, el guion saca partido a su localización genérica y al tema de la infección zombi, aunque el orden de las muertes es bastante predecible.
La historia carece de originalidad, reflejando la falta de creatividad en su título. Además, padece de momentos narrativos que resultan bastante problemáticos.
Una combinación caótica de relatos intrigantes, personajes poco atractivos, imágenes en movimiento y memorias impactantes, que se enfoca más en justificar al presunto homicida que en llevar a cabo la investigación adecuada.
Incompetente, con estereotipos y lenguaje vulgar. Una historia de amor lésbico tan poco convincente como el resto de relaciones que aparecen en pantalla.
Lo sexy resulta entretenido, pero su impacto se siente aún más cuando descompone el glamour que Collins ha edificado, actuando tanto como su alter ego como una defensa frente a las opiniones adversas.
La disposición toca lugares comunes, pero los decorados son deliciosos, el diálogo es ácido y refrescante y el aplicado reparto es dinámico y conmovedor, según la ocasión lo exija.