Muchos espectadores sentirán que el título refleja su experiencia al concluir la película. Las respuestas a las intrigas, cuando finalmente llegan, resultan insatisfactorias.
Una historia filosófica de ciencia ficción cuyas actuaciones compensan algunas debilidades. A pesar de su evidente interés filosófico y emocional en la naturaleza de la memoria, es más satisfactoria como película de misterio.
Nada imaginativa y sensorialmente monótona. La monotonía del ritmo que impone Mathieu a la acción hace que, en muchas ocasiones, pierda nuestro interés.
Una comedia dramática que aborda el duelo y la superación, siendo más comprometida de lo que ha mostrado la televisión en el pasado. Martin logra hacernos unir al viaje sin dificultades.
La película evoca, en ocasiones, el estilo vintage de Woody Allen; en otras, se presenta como una comedia screwball centrada en nuevos matrimonios, además de ofrecer una energía renovada propia de Greta Gerwig. Sin duda, cautivará a los seguidores de la actriz.
Una de supervivencia de alto calibre, más enfocada en los lazos familares que en los sustos de género. Hermosa y sensible hacia los personajes, y apasionante cuando tiene que serlo, es demasiado sólida para ser agrupada en la papelera del género apocalíptico.
Una película cálida y amablemente divertida. Los debutantes Sean Mewshaw y Desi van Til no muestran ni rastro de inexperiencia en este sólido y reconfortante filme.
Una amable parábola sobre el compromiso. Más ligera de lo que sus densos temas podrían hacer suponer, la película es, sin embargo, totalmente disfrutable.
Una historia advertida sobre el sexo sin protección y la presencia de elementos paranormales. Lo que en un inicio parece una comedia mumblecore con un inesperado giro sobrenatural, se revela como algo mucho más sombrío.
Un elenco perfectamente elegido vende esta comedia sin prisas, que fluye de manera poco convencional, pero todavía es, de largo, la película más convencional que ha hecho Bujalski.