Hess logra establecer una base sólida para su historia de amor, lo que le permite equilibrar los momentos cómicos aportados por el elenco de personajes secundarios.
A pesar de contar con un elenco atractivo, la comedia y el suspense no logran despegar hasta casi el desenlace, principalmente debido a un guion que no refleja el entusiasmo del director.
Amenazando con ir a lugares más oscuros de los que realmente acaban siendo, cumple con lo suficiente como para hacer de las enfermedades sistémicas algo dolorosamente personal.
Un diseño de personaje vibrante y extravagante, junto con su amable peculiaridad, la convierten en una experiencia divertida a lo largo de sus cortos 8 minutos.
Morley parece haber minimizado ciertas partes perturbadoras de la trama en consideración a las inquietantes interrogantes que surgen sobre la vida de una mujer que parece permanecer en la sombra, sin que nadie realmente la conozca.
Una perspectiva muy útil sobre un tema de sobra conocido. Nos recuerda cómo distintas culturas alrededor del mundo y a través del tiempo han empleado la mutilación femenina para ejercer control sobre la mujer.