Divertida. A diferencia de la mayoría de las adaptaciones, este film se mantiene fiel a la costumbre de Shakespeare de esforzarse por mantener al público entretenido.
Como una versión desaliñada de 'Knocked Up' que se desarrolla en un mundo más triste y extraño: ofrece dos seres humanos asquerosos y espera que, al final del cuento, nos alegremos de que estén procreando.
Es más reconocible de lo esperado. Recicla recursos narrativos de episodios anteriores y mantiene la acción centrada en su premisa de 'los chicos de la calle salvan el mundo'. Cumple exactamente con las expectativas de los fans, tanto en aspectos positivos como negativos.
Es más una idea literaria interesante que un drama creíble. Funciona mejor al encontrar momentos tiernos que al convencernos de la realidad de sus personajes.
Muy divertida al principio y avanzando de manera constante y ágil durante la mayor parte del tiempo, la película representa una gran victoria para los neófitos guionistas Andrew J. Cohen y Brendan O'Brien.
Una visión pasablemente divertida de la apatía escolar que no ganará seguidores entre los sindicatos de profesores, pero no es tan escandalosa como podría haber sido.
La película depende casi en su totalidad del talento cómico sutil de sus dos protagonistas, encontrando poco en la trama que empuje a los personajes a la acción que genera carcajadas.
No es totalmente satisfactoria como obra dramática, lo que probablemente sea un signo de que se identifica de forma honesta con sus dos atormentados protagonistas.