El primer episodio es muy divertido y pasa volando. Se distingue por su intento de relacionar la ambientación de los años 70 con los Estados Unidos contemporáneos.
Una ambiciosa y casi brillante adaptación de Margaret Atwood. Se vuelve visualmente estática cuando se necesita vigor imaginativo y frescura expresiva.
Es sorprendente en su profundidad emocional y en su ritmo que recuerda a un thriller. Haq destaca de manera excepcional, aportando a 'Transplant' una voz y una energía únicas.
Tras verla, uno puede sentir que los momentos más significativos de la vida en Estados Unidos ocurren con un agente de la TSA. No importa la política, los efectos de los medios, la familia, la televisión o el cine.
Hay pocos como Ramy Youssef que logren captar la atención, ya que, como él mismo indica con ingenio, muchas veces las personas de su trasfondo y generación pasan desapercibidas.
La verborrea, y no la violencia, es lo que desmerece a 'The Walking Dead'. A pesar de ello, la serie continúa siendo emocionante, intensa y, sin duda, sorprendentemente brutal.
Logra eludir las convenciones habituales del género al enfocarse en el fútbol en sí, priorizando a futbolistas jóvenes con grandes sueños y a futuros íconos del deporte.