Tiene suficiente belleza y profundidad temática y visual para expandirse desde los fans del anime al público general. A menos que seas una de esas personas de perros.
Es una mezcla algo tosca entre lo entretenido y lo típico, e intenta desesperadamente abarcar demasiados temas. Sin embargo, Richardson y Ferreira salvan la faena.
Está tan desesperada por hacerte llorar que si pudiera saldría de la tele y te pellizcaría los conductos lagrimales. Pero como no sabe lo que hace, te daría un golpe en la rodilla y en el cóccix.
No es exactamente una película revolucionaria, pero se destaca en todos sus aspectos y cuenta con un elenco magnífico que logra ganarse nuestro aprecio, a pesar de su relativa falta de impacto dramático.
Una telenovela musical repleta de moda, cuya estética recuerda a un paquete de Skittles. El guion parece haber sido creado por alguien que busca incluir la mayor cantidad de palabras en un breve lapso.
El estilo visual naturalista de Bonnefont se contrapone a la imagen de las celebridades. Esto, sumado a las lecciones del viaje personal de Rousteing, hace que la serie sea altamente recomendable.
A veces se fomenta en exceso la necesidad de trascender la política y ofrecer una narrativa profunda, cuando lo ideal sería permitir que la condición humana se desarrolle de manera más auténtica y natural. Sin embargo, eso no significa que debamos dejar de verla.