'Kimi' logra un balance preciso entre emociones fundamentales y temas profundos, combinando un enfoque práctico con un toque artístico. Es, sin duda, una auténtica obra maestra de Soderbergh.
Puedo soportarlo. Además, Brody está bastante bien, y hay suficiente atmósfera de grava que te hace oler el aceite de motor y la pólvora en el aire. Pero no esperes un cine rompedor.
La película presenta algunos instantes destacados, sin embargo, no logra superar las incoherencias en su tono y la excesiva carga narrativa que la afectan.