Podría haber sido un simple reportaje televisivo, pero la energía incontrolable de las personas implicadas y la cercanía de los directores con ellas enriquecen la película, llevándola a ser algo mucho más significativo.
Con una intensa interpretación de Romain Duris, esta historia, discretamente elaborada y envolvente, se presenta como un drama sobre la inmigración desde una perspectiva occidental.
La película tiene un gran potencial narrativo, aunque se siente un poco perdida en la forma de transmitir su historia. Alterna de manera peculiar entre el viaje emocional de una joven y un estilo casi documental que retrata la vida en una apartada comunidad de Georgia.