Intenta ofrecer una historia de ciencia ficción claustrofóbica sobre los chanchullos de una criatura, obteniendo resultados nada memorables en el proceso.
La película presenta interpretaciones y momentos que resultan disfrutables, sin embargo, el guion se siente demasiado predecible y limita su potencial.
Con una ejecución un tanto plana y rígida, se presenta un intento sincero de combinar hechos reales con ficción; sin embargo, la efectividad de esta mezcla es cuestionable.
Quiere tener su pastel y comérselo; busca el sexo y la desnudez de una película porno, pero al mismo tiempo aspira a ser artística e introspectiva. El resultado es una mezcla de sexo y desnudez, acompañada del diálogo típico de este tipo de producciones.
Un poco confusa sobre lo que quiere ser, pero es adecuado para un grupo demográfico muy específico que quiere escuchar la misma historia contada de una manera nueva y sin fricciones.
Netflix sabe reconocer una buena historia basada en hechos reales cuando la ve, y el asesinato de Detlev Karsten Rohwedder en una conspiración al estilo JFK que ciertamente cumple todos los requisitos.
La sexta temporada, parte 1, se enfoca casi por completo en la Princesa Diana, dejando de lado los elementos más sobresalientes de las entregas anteriores. El resultado es un relato burdo y voyeurista sobre los últimos días de la Reina de Corazones.
Es bastante inofensiva, gracias a un ritmo fresco, intérpretes atractivos y una bienvenida autoconsciencia. No trata de ser más de lo que es y está bien.