El filme resulta muy entretenido, aunque tiende a borrarse de la memoria inmediatamente después de la función. Su exceso es notable, pero realmente cautivador en cómo utiliza cada parte del tren para crear tensión.
Gasmelbari retrata con sencillez los desafíos cotidianos del Sudanese Film Club, permitiendo que sus expresiones y acciones se conviertan en el verdadero mensaje.
Hechizante y cautivadora. Aunque 'Oblivion Verses' puede resultar demasiado abstracta, Khatami tiene talento para crear imágenes de abandono sazonadas con toques surrealistas.
Un western silencioso protagonizado por mujeres, donde la acción más impactante parece desarrollarse fuera de la vista. Este es un ejemplo en el que el material detrás de cámaras podría resultar más interesante que la película en sí.
Una exploración fascinante y muy humana de los muchos problemas que enfrenta uno de los últimos países en entrar en la U.E. Si hubiera una manera de clarificar su final, hubiera sido aún mejor.
Una inquietante fusión de cine experimental con entrañables y sufridos niños franceses, que presenta un festival visual psicodélico que, aunque no siempre cuenta con una narrativa sólida, cumple con las expectativas estéticas.
Sazonada con escenas surrealistas y asesinatos inteligentemente escenificados con un toque de humor negro, el director opta por un enfoque más ecléctico que enriquece la narrativa.
Es una idea ingeniosa que se desarrolla de manera efectiva. Una buena carta de presentación para Freyne. Las actuaciones son robustas y el aspecto técnico se mantiene firme.
Un blockbuster de arte y ensayo bien logrado, aunque su narrativa es algo difusa. A pesar de contar con una edición impresionante, la adaptación se siente sobrecargada emocionalmente. El enfoque suave de cada historia reduce su impacto, ya que hay una continua insistencia en interrelacionar todo.
Llena de detalles y anécdotas que complacen tanto a técnicos como a aficionados de la Comic Con. Sin embargo, su enfoque puede resultar excesivamente específico para un público más amplio.
Demoustier logra emplear un concepto simple para explorar nuestras reacciones frente a un crimen atroz y nuestras expectativas sobre las respuestas de los demás.
Intrigante aunque emotiva, presenta una inventiva que puede resultar un tanto dulce. Gil, como guionista y director, demuestra su talento al alternar entre el pasado y el futuro con gran destreza.
Una mezcla de clichés del cine y escenas excesivamente cargadas, dirigidas sin el más mínimo cuidado, resulta ser no solo una decepción, sino un serio ataque a la inteligencia del público.
Dado que es uno de los principales cronistas de la grave situación de su país, y que su propia vida y seguridad penden de un hilo con cada nueva película, es difícil imaginar ahora a Rasoulof haciendo otra cosa.