El último filme de Donzelli presenta una interesante actuación que profundiza en la violencia doméstica. Sin embargo, se echa de menos una dimensión adicional que trascienda la simple lección sobre los horrores del maltrato.
Un brillante y sutil thriller de espionaje que se desarrolla principalmente en comedores y oficinas, donde se producen intercambios verbales rápidos y mordaces, todo ello bajo la pluma de David Koepp.
Wyatt aporta elementos interesantes, pero la trama se desvanece en los mensajes encubiertos que intenta comunicar, lo que provoca que pierda el enfoque debido a su peculiar manera de narrar.
Liderado por André Holland, cuya actuación es impactante y cargada de emoción, el elenco potencia un guion que posee buenas intenciones, aunque carece de la complejidad que caracteriza a la obra original.