Su premisa resulta limitada y se siente algo superficial. Sin embargo, hay que admitir que tiene instantes realmente entretenidos; Segel y Díaz muestran una química cautivadora, y Rob Lowe brilla como un sorprendente y excelente robaescenas.
Hay pasión y un melodrama intenso, con personajes que son creíbles y emocionantes, todos ellos magníficamente interpretados. Todo se desarrolla con gran fuerza y solidez cinematográfica, acercándose a la obra maestra.
Es rematadamente brutal. Pero es una brutalidad que viene matizada por el estilo, muy elaborado y personal. Nash se muestra malicioso y juguetón saboteando las expectativas del público.
El tema ya es bastante trillado y Sandquist no logra aportarle nada nuevo, lo que convierte a 'Horror Park' en un slasher carente de originalidad y tensión, destinado únicamente a los seguidores más acérrimos del género.
El prometido festín de caviar se convierte en un simple bocadillo de chorizo grasiento. Hay una evidente mediocridad y un enanismo artístico en la propuesta. El resultado es un conjunto arrítmico y extenso, con escenas de acción mal filmadas y peor editadas.
Un despliegue visual impresionante con composiciones complejas y ángulos inusuales que evocan el estilo de Sam Raimi, añadiendo un toque de sabor a este thriller que se aferra a su premisa original.
La primera hora resulta notable gracias a la calma con la que se presentan los eventos. Sin embargo, después de eso, la película pierde su rumbo, exagerando lo melodramático y estirando al extremo la credibilidad de la trama.
Es un ejercicio de estilo sin elementos destacados, pero todo está bien estructurado. Edgerton, en su papel de guionista, presenta una ópera prima que promete, y con un poco más de ambición en sus temas, podríamos esperar sorpresas en el futuro.
Son 74 minutos llenos de intensidad, donde el suspense aumenta en ambientes agobiantes y se desarrolla una situación inquietante. Una trama que logra captar tu atención desde el principio.
A pesar de su cuidada producción, la inquietante atmósfera pesadillesca y las destacadas actuaciones de Noriega y Etura, la obra en su totalidad se siente poco clara y desigual.
Haneke presenta una lección de humanismo con una notable simplicidad. La película se caracteriza por su serenidad, un ritmo perfectamente medido y una calidez que se percibe en cada imagen. Los dos actores veteranos aportan una conexión y una emoción que recorren 'Amor' de principio a fin.
La presencia de Erice se siente durante casi tres horas. Su ausencia en el filme se hace evidente, pero ahora regresa, enfocándose en el pasado con una mirada clara y esencialista.