La cámara envuelve a los dos interlocutores con elegantes movimientos circulares, mientras los armónicos juegos de montaje ilustran la notable generosidad de Wenders en el difícil arte de presentar una obra ajena de la mejor manera posible.
Osborne ha firmado un trabajo que respeta sus fuentes, sin embargo, en el clímax final se vuelve evidente que la película comienza a perder su identidad.
Excelencia hecha a mano. Demuestra que el humor blanquísimo aún posee capacidad de sorpresa y alcanza una excelencia en el tempo del gag digna de los clásicos de la comedia silente.
Es complicado concebir una versión superior, aunque esta obra es una ficción audiovisual diseñada específicamente para aquellos que acuden a las salas de cine a verificar, más que a descubrir.
El clímax final es un afortunado recital de esa inyección de ingenio y originalidad que empezaba a necesitar el género. 'Ant-Man' no se atreve a pulsar a fondo el acelerador de la comedia.
No estamos ante la ambición del mejor Pixar, pero sí ante una manera de entender la comedia animada que suministra placer a granel y que transforma hora y media de metraje en gozoso suspiro.
La trama no destaca por su originalidad, sin embargo, el tono, que se asemeja a la buena ficción juvenil centrada en las relaciones y el desarrollo de personajes, establece una diferencia notable. Además, la presentación de la historia sigue sorprendiendo a lo largo de la narrativa.
La impresión que predomina es la de estar frente a un episodio de relleno en la serie cinematográfica más grandiosa de la historia. Aunque hay competencia y un sentido del espectáculo, carece de identidad y de ese toque excéntrico.
Dentro del presente fenómeno de reescrituras contemporáneas de los cuentos de hadas, 'Maléfica' se destaca como una obra que se atreve a dar pasos más radicales. Se presenta un discurso estimulante.
Se olvida del universo humano para explotar a fondo el carisma de los mejores personajes de la saga y proponer nuevas incorporaciones marcadas por el ingenio y la expresividad desbordante.
Bien podría ser la película más sencilla o la menos ambiciosa de Pixar. Todo está en su lugar y el resultado es efectivo: Monstruos University cumple, pero no logra sorprender ni asombrar.
Apocalipsis con estilo. Revela una inteligencia en pleno -y afortunado- funcionamiento. No es un conjunto cohesionado, pero sí una sucesión de grandes momentos. Forster da un recital de versatilidad desde la hipérbole a la sutileza.