La película abusa de chistes simplones y groseros, recurre en exceso a estereotipos y presenta una trama demasiado simple. El final resulta insatisfactorio, y ni siquiera la intención de entretener logra rescatarla de su baja calidad.
Aclamado por intelectuales y cinéfilos exigentes, el director intenta comunicar mucho en medio de una narrativa que parece no avanzar. La película es visualmente atractiva, aunque puede resultar algo pesada por su tono de desencanto. Su frescura es innegable, pero todo parece resonar en un posmodernismo en blanco y negro.
Hay algunos elementos que destacan en el desarrollo de la película: el trazo vigoroso de la tercera entrega y una intensa escena en la discoteca. Sin embargo, el resto de la película resulta bastante plana.
Un puñado de muy buenas canciones y una ágil puesta en escena con triángulos amorosos que no paran mientras la autopista va devorando las ilusiones de unos y las desgracias de otros.
Susan Sarandon es la reina absoluta. La sencillez y la cordialidad de la película no permiten que Sarandon exprima al máximo su personaje, impidiendo que alcance el nivel que merecería.
Sobre todo, y ante todo, queda Langella en esta joya indie de bajo presupuesto, un trabajo que no recaudará mucho, pero que alimentará el corazón de todos por su tono entrañable y su calado emocional.
Confusión tanto interna como externa. Donde había potencial para desarrollar un conflicto dramático, se ha quedado en una mirada apresurada y excesivamente confusa sobre una relación que presenta demasiados vacíos.
Conmovedora ingenuidad. Matalqa traza la línea narrativa entre el sendero de la ternura y lo entrañable. Casi todo resulta afable para endulzar los pasteles amargos.
A fuerza de ser natural, el desarrollo resulta algo plano. Las moralejas, además de ser discutibles, están acompañadas de soluciones simplistas y algo absurdas.
El gran Trey Parker utiliza los muñequetes de forma esplendorosa para hacer una terrorífica crítica. Película deliciosamente venenosa que llega a su esplendor en la escena de amor de los protagonistas: para enmarcar.
Tiene una apariencia engañosa. A simple vista parece mala, con cocodrilos gigantes y serpientes enormes. Sin embargo, resulta ser todo lo contrario. La película mantiene un tono contenido, salvo en lo que respecta a la angustia y el suspense, que son realmente intensos.
Argumento no esperen, ni guión, ni historia ni nada de nada. (...) Es en las escenas de luchas donde la película vuelca todo lo que tiene (...) Puntuación: ★★ (sobre 5).